Tudela

Berenguela de Navarra: último destino Le Mans

Ghislain Baury es doctor y profesor en Historia medieval en la Universidad de Le Mans. También, es miembro del Centro de Investigación Temos (CNRS) y especialista del mundo Plantagenet y cisterciense. Acudió como conferenciante a las Jornadas de Hermanamiento de Tudela y Le Mans para desarrollar ‘Un itinerario por las cortes del Occidente medieval’. En esta ocasión trata la historia de Berenguela a su llegada a Le Mans.

 

La abadía de l’Épau
photo_camera La abadía de l’Épau fundada por Berenguela

La muerte de Ricardo Corazón de León sin heredero en 1199 dejó a su viuda en una situación de aislamiento y de fragilidad en los estados de los Plantagenêts. Berenguela ya no era más que la cuñada del nuevo rey, Juan sin Tierra. Además, se quedó sin ingresos: las arras que había recibido en su contrato de matrimonio, y que correspondían al patrimonio reservado a las reinas de Inglaterra, las poseía todavía su suegra Leonor de Aquitania. Tuvo que negociar con el rey Juan un compromiso para obtener lo que le correspondía, pero éste no estaba dispuesto y tenía otras prioridades: guerras internas o contra el rey capeto, Felipe Augusto, y la preparación de su propia boda con Isabel de Angoulême, para la que necesitaba las arras de las reinas.

A los tres meses de la muerte del rey Ricardo, Sancho VII y Berenguela se acercaron pues al mayor enemigo de los Plantagenêts, Felipe Augusto, concertando un matrimonio entre Blanca, su hermana menor, y un gran señor de la corte francesa, el joven conde de Champaña, Teobaldo. La boda se celebró en la catedral de Chartres, en los dominios del conde, con la presencia de Berenguela. El rey Juan se comprometió finalmente en 1201 a entregarle una renta anual en numerario, porque necesitaba la alianza navarra y logró efectivamente firmar un tratado de alianza con Sancho VII en 1202.

La colegiata de Saint Pierre de la Cour, el Palacio de los Condes de Le Mans y la catedral Saint Julien
La colegiata de Saint Pierre de la Cour, el Palacio de los Condes de Le Mans y la catedral Saint Julien

Pero Juan sin Tierra dejó pronto de pagar las sumas prometidas a Berenguela, y encima ésta tuvo que huir de las operaciones militares que afectaron las tierras de los Plantagenêts a partir de 1203 en el marco de la guerra entre Juan y Felipe Augusto. Terminó refugiándose en Champaña, en la corte de su hermana Blanca, que también se había enviudado en 1201; pero al ser madre de un hijo varón y por lo tanto regenta, ejercía el poder en nombre de su hijo, también llamado Teobaldo, con la ayuda del rey de Francia.

Estatua yacente de la reina Berenguela en l’Épau
Estatua yacente de la reina Berenguela en l’Épau

En 1204, con la guerra casi ganada contra Juan sin Tierra, Felipe Augusto, que le había arrebatado la casi totalidad de los territorios continentales de los Plantagenêts (lo que incluía el condado del Maine), decidió hacer un gesto hacia la reina Berenguela para mostrar al resto de Occidente y al papa Inocencio III que él sabía cuidar de las viudas, al contrario de su enemigo. A cambio de los derechos sobre algunas plazas de Normandía y de Anjou que Berenguela había recuperado a la muerte de Leonor de Aquitania algunos meses antes, el rey de Francia le otorgó el señorío de Le Mans, creado para la ocasión.

Como señora de Le Mans, Berenguela era la representante en la ciudad del rey capeto, a quien había prestado homenaje. Ocupaba los lugares del poder civil, el Palacio de los Condes del Maine, y tenía el apoyo de las comunidades religiosas de patronato condal, en particular los canónigos de la capilla condal, la colegiata Saint-Pierre-de-la-Cour. Ejercía la autoridad sobre la parte de la ciudad que correspondía a los condes, y tenía oficiales que controlaban la justicia y la prisión. Los derechos condales generaban ingresos que le permitían mantener una pequeña corte formada de eclesiásticos que ella había elegido, algunos de ellos navarros, y de caballeros que dependían localmente de la autoridad de los condes.

Cabecera de la catedral Saint Julien en Le Mans
Cabecera de la catedral Saint Julien en Le Mans

Sin embargo, no le resultó fácil a Berenguela ejercer el poder sobre la ciudad porque su llegada en Le Mans coincidía con el reforzamiento del poder del cabildo de la catedral de Saint-Julien, que tenía autoridad sobre la otra mitad de la ciudad. Tan pronto como los oficiales de Berenguela empezaron a percibir los impuestos condales, surgieron conflictos sobre el alcance de los derechos de ambos poderes. El cabildo, que acababa de recibir del Papa el derecho de excomulgar y de poner en entredicho al territorio bajo su autoridad, utilizó esta arma contra el poder condal: puso en entredicho a toda la ciudad una primera vez entre 1205 y 1206, y una segunda vez entre 1217 y 1218, durante año y medio. En esta ocasión, Berenguela tuvo que exiliarse fuera de la diócesis para tener acceso a los oficios divinos. También se vio implicada en el enfrentamiento entre sus canónigos de Saint-Pierre-de-la-Cour y los de Saint-Julien: en 1222, al llegar a la catedral la procesión anual de los primeros, acompañada por la reina, el obispo les cerró las puertas de la catedral en la cara, les excomulgó públicamente y proclamó la confiscación de sus bienes, provocando una pelea general entre súbditos del cabildo catedral y de la autoridad civil.

La corte de Berenguela en Le Mans quedaba en contacto con otras cortes importantes de todo Occidente. Seguía en contacto con su hermano Sancho VII en Navarra y más todavía con su hermana Blanca en Champaña. Correspondía con los papas y con la corte plantagenêt en Inglaterra para obtener compensación por sus arras. Lo consiguió por fin en 1220, gracias al apoyo pontificio y a los cambios políticos, ya que los regentes del joven Enrique III tuvieron mejor disposición hacia ella que Juan sin Tierra, quien había muerto en 1216. Viajó a Inglaterra aquel año para firmar en Westminster el compromiso definitivo y obtuvo una renta anual sustanciosa que le fue entregada puntualmente hasta su muerte. Sobre todo, estuvo en estrecho contacto con la corte real de Francia, de la que dependía, incluso después de la muerte de Felipe Augusto en 1223. Se la documenta varias veces en París o en la zona parisina. En 1230, algunos días antes de su muerte, estaba tratando algunos asuntos en Melun, una ciudad episcopal situada a unos cincuenta kilómetros al sureste de París. Allí se había unido a la corte de Luis IX (San Luis), que seguía en estos momentos su sobrino Teobaldo de Champaña y su sobrina segunda, Blanca de Castilla, reina madre de Francia y regenta. Resulta probable que Berenguela muriera en Melun, rodeada por la corte de Francia.

Con los importantes ingresos de los que disponía en los años 1220, Berenguela decidió llevar a cabo una fundación eclesiástica propia. Al no querer terminar su vida en un monasterio, al contrario de su hermana Blanca que en los mismos años fundó en Champaña el monasterio femenino de Argensolles, prefirió una comunidad masculina. Eso sí, como Blanca, quiso que la enterrasen en este monasterio, y como ella, eligió la Orden cisterciense, con la que tenía estrechas relaciones después de haber tenido como confesor al abad cisterciense de Perseigne, en el Maine. Encontró terrenos adecuados dentro del alfoz de Le Mans, pero le fue necesaria la buena voluntad del rey de Francia, o más bien de la regenta Blanca de Castilla, para levantar los últimos obstáculos y constituir el patrimonio de lo que iba a ser la abadía de Pietas Dei en l’Épau. Las obras empezaron alrededor de 1228 y el acto oficial de fundación fue realizado en mayo de 1230, con la presencia de Luis IX y de su madre Blanca. Cuando murió Berenguela, en diciembre de 1230, fue enterrada en el coro de la iglesia abacial. Se le dedicó un monumento funerario de muy buena factura, con una estatua yacente que presenta un motivo único en la historia del arte: en el libro que sujeta entre sus manos se encuentra otra representación suya en una puesta en abismo. Este trabajo, realizado por un artista de primer plano con piedra caliza de la región de París, podría haber sido encargado por la propia regenta, Blanca de Castilla.

La historia y memoria de una reina de Inglaterra

Ghislain Baury es autor, junto a Vicent Corriol, de la biografía titulada ‘Bérengère de Navarre (v. 1160-1230). Histoire et mémoire d’une reine d’Angleterre’. La obra será publicada próximamente por la editorial Presses Universitaires de Rennes (PUR).