Plumas al cierzo

Ahora

Miguel Bermejo Fernández nos escribe este relato.
Miguel Bermejo Fernández
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Mandó a la mierda a su jefe, el mismo día que por fin le declaró su amor a Celina.
Y todo, por si al día siguiente no podía hacerlo.
Había dejado de pensar en el futuro.
Y también había dejado de pensar en el pasado.
Ya no tenía tiempo de vida suficiente para vivir todo lo que en su día soñó vivir.
Pero alguno de esos sueños aún podía vivirlos.
Por eso había decidido centrarse únicamente en el presente.
Y luchar ahora por ellos, por si mañana no le quedaban fuerzas para hacerlo.
Así pues, ¿por qué mandar mañana a paseo a quien quería y podía mandar hoy?
O, ¿por qué no intentar amar hoy a quien no se atrevió a amar ayer y a quien quizás no podría amar mañana?
Ayer es el pasado, y el pasado ya no vuelve.
Mañana es el futuro, y quizás mañana ya no existas.
Hoy es el presente, y la vida se vive ahora.