Fundada por su padre Javier Pérez Pérez en 1970, la compañía de instalaciones eléctricas desarrolló una estrategia centrada en el mantenimiento industrial con la creación de Perap Mantenimientos Industriales en 2012. Dos líneas de negocio que mantienen de forma sólida el buen hacer de su equipo formado por once personas.
¿Qué ha supuesto para su familia el reconocimiento de AER?
Lo primero que hemos percibido del reconocimiento es el nivel de repercusión social, pues ha sido muchísima la gente que nos ha felicitado pero ha habido algo incluso más importante. En lo personal, han sido muchos clientes que nos han contactado para darnos su enhorabuena. Te das cuenta de que te valoran de una forma muy personal y eso te acerca a ellos. Con algunos pensaba que igual solo manteníamos una relación comercial, pero a raíz de esto te das cuenta de que va más allá. Mi hermano y yo pensamos que esa relación personal es lo que más te enriquece.
Además, valoro que AER reparta los galardones teniendo en cuenta a todas las empresas, sean o no asociadas, como el caso de Taller Moderno que no lo es. Y para mi padre, que ya no está en la empresa, es una ilusión tremenda y lo mismo habría sido para mi madre. Como dije en mi discurso, “El sueño de alguien se ha convertido en esta forma de vida”, y no es solo una frase bonita, es cierta.
El negocio ha cumplido más de 50 años, ¿cuáles son las claves de este éxito?
Las claves son muy sencillas, voy a revelar el secreto (risas). Trabajo y esfuerzo. Somos una empresa de servicios y potenciar eso es fundamental, la mentalidad del servicio y de atender. Estamos prácticamente en cualquier horario y ponerte en el lugar del otro y reaccionar lo más rápido posible es la hoja de ruta y es algo que se valora.
También me gustaría romper una lanza a favor de AER. Sobre el asociacionismo, que más difícil que decir la palabra es que la propia gente se asocie (risas). El día del Galardón vimos el poder que tenía para congregar a personas de todos los partidos políticos, a personas del Gobierno de Navarra y empresas asociadas que mueven un montón de trabajadores. Cuantas más empresas seamos mejor para tener más fuerza.
¿Cómo se pusieron al frente de la empresa y por qué crearon Perap?
Lo primero fue bastante duro porque fue en 2001, cuando falleció mi madre que es quien llevaba todo el tema de gestión. Como nadie se lanzaba lo hice yo. Fue un momento de ruptura, a nivel personal muy duro y además nos encontramos con una sobrecarga de trabajo brutal y coincidió con el traslado al polígono industrial. Fueron momentos muy complicados.
Perap fue una división del negocio ya que teníamos dos áreas totalmente diferenciadas.
¿Cómo ve el futuro de su compañía?
Sobre lo primero, a largo plazo veo bien nuestro futuro aunque a corto plazo lo veo peor por la situación, aunque tenemos más que garantizada la continuidad. Pero en general, en este momento no hay una noticia buena, hay una incertidumbre brutal.
¿Qué nuevas líneas de trabajo están desarrollando?
El siguiente paso, al que además nos están llevando nuestros clientes, es la robótica para poder dar un servicio más global. Es el futuro y actualmente son los grandes fabricantes los que disponen de líneas de robots y el mantenimiento se lleva desde grandes casas. Los fabricantes quieren tener zonas con gente cualificada y preparada para, por ejemplo, atender el mantenimiento. La marca que consiga eso destacará, no necesariamente por la calidad de su producto, sino por su servicio.
