Alfaro

Disfrutar del agua de manera saludable

Prevenir accidentes acuáticos

En la Unión Europea fallecen cada año por ahogamiento 5.000 menores de 19 años. Los últimos datos sobre ahogamientos de que dispone el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad señalan que en el año 2010, en España tuvieron que ser hospitalizadas 478 personas a consecuencia de un casi-ahogamiento, más del doble de los registrados en 2009. Además, el Instituto Nacional de Estadística (INE) contabilizó en el mismo año 432 fallecimientos derivados de un accidente acuático.



Por esa razón, el Ministerio ha editado la guía-cómic 'Disfruta del agua y evita los riesgos' con consejos para prevenir lesiones en el medio acuático durante el periodo estival. De la misma manera, recuerda que entre un 68% y un 77% de los accidentes y muertes se producen en varones.



En niños y adolescentes, el ahogo es la segunda causa de muerte accidental. La mayoría de los casos ocurren en piscinas privadas o en espacios abiertos con agua. No obstante, hay que tener en cuenta que los más pequeños pueden ahogarse con muy poca cantidad de agua, como en piscinas de poca profundidad, bañeras, cubos o fuentes decorativas.



Además, son muchos más quienes sufren lesiones de gravedad como resultado de accidentes en el medio acuático. Los casi ahogamientos y los accidentes acuáticos pueden provocar secuelas graves, como daño cerebral permanente o lesiones medulares. Precisamente, el verano pasado ingresaron siete personas en el Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo por lesiones medulares provocadas por una zambullida.



El aumento de lesiones está asociado a la afluencia masiva en playas y pantanos, el incremento de piscinas privadas, el apogeo de los deportes acuáticos y el consumo de alcohol.

La clave para disminuir el número de accidentes acuáticos, sus secuelas neurológicas y las muertes es la prevención. Los expertos en salud infantil apuntan una serie de recomendaciones al respecto:



Alertar a los adultos de la comunidad sobre el problema real del ahogo por inmersión con programas de educación.



Nunca dejar en piscinas o bañeras sin la supervisión de un adulto a lactantes y niños.



Generalizar la enseñanza de recuperación cardiopulmonar a la población adulta, sobre todo, a propietarios de piscinas.



Lecciones de natación para todos los niños. Enseñar a los lactantes a flotar.



Instruir a la población en los peligros de asociar baño e ingesta de alcohol.



Utilizar, de manera adecuada, los chalecos salvavidas en las embarcaciones de recreo.