El pasado viernes se dio a conocer el convenio urbanístico suscrito entre el Ayuntamiento y la Fundación Familia Torres Irigoyen para la construcción, en la calle Baíilo, de un centro intergeneracional de al menos 30 viviendas de alquiler, de las que 14 estarán destinadas al uso como vivienda de personas de entre 65 y 80 años de la zona, físicamente autónomas, pero con escasos recursos económicos y que no puedan vivir en sus domicilios particulares.
El alcalde de Tudela, Alejandro Toquero, y el edil de Urbanismo, Zeus Pérez, estuvieron acompañados durante la presentación de Luciano Torres Irigoyen, administrador único y presidente de la fundación, y Raúl Abril Ramírez, apoderado y gestor de la sociedad Torres, además de secretario de la fundación. Quienes explicaron el origen de la fundación, creada en 2012, y han detallado los pormenores de este nuevo proyecto que verá la luz tras la tramitación de un Plan Especial de Adecuación Urbana (PEAU) que supondrá un incremento de edificabilidad, una modificación en las alturas permitidas y el cambio de la tipología de uso del suelo de residencial unifamiliar a colectivo.
La memoria del proyecto contempla la construcción de al menos 30 viviendas, repartidas en tres bloques independientes con un mínimo de 10 viviendas por bloque, distribuido en planta baja y dos elevadas (baja+2+ático), sin barreras arquitectónicas. Al menos 24 de ellos serán de un dormitorio y el resto, de dos o tres habitaciones. Uno de los pisos estará destinado al conserje y su familia, la cual deberá prestar sus servicios en el edificio. Todas las viviendas dispondrán de baño geriátrico dentro del dormitorio, cuarto inodoro para las visitas, salón comedor con cocina americana y amplio balcón exterior. Los de planta baja dispondrán además de terrazas en la parte posterior.
