Tudela

Miguel Carasusán: “Lo sostenible y estratégico es la ciudad existente, no la ampliación”

Hablamos con Miguel Carasusán, arquitecto y técnico de Nasuvinsa en la Oficina de Rehabilitación de Viviendas (ORVE) de Tudela y la Ribera, sobre la importancia de la rehabilitación, las ayudas disponibles para ello y los proyectos que se están llevando a cabo en Tudela.

Miguel Carasusán
photo_camera Miguel Carasusán, arquitecto y técnico de Nasuvinsa en la Oficina de Rehabilitación de Viviendas (ORVE) de Tudela y la Ribera

¿Por qué la rehabilitación urbana es tan prioritaria en el contexto actual?

Es una necesidad dentro del contexto actual, el enfoque tiene que ser así: piensa local actúa global. En la presentación de las jornadas de este año lo comentamos, pero no es una cosa nueva. 

Llevamos años diciendo que la rehabilitación no consiste en cambiar ventanas y tejados, hay que mirarla con un sentido más amplio. Actualmente estamos en emergencia medioambiental, en crisis económica y social, por lo que la rehabilitación es efectiva porque mira en un sentido amplio.

No casa por casa, sino a nivel de barrio y de ciudad, y es un enfoque que influye la parte social, económica y constructiva. Las ciudades se construyeron casa a casa, pero también barrio a barrio, y así hay que abordar la rehabilitación de la ciudad. 

¿Desde la ORVE qué evolución habéis visto en este ámbito en los últimos años?

Como sociedad nos hemos dado cuenta de tenemos bastante con mantener lo construido antes de construir viviendas nuevas. La rehabilitación es algo que cada vez va yendo a más porque además socialmente se entiende que es lo deseable. 

Cuesta más en los pueblos que en las ciudades, aquí tenemos Tudela y otros 24 pueblos en la Comarca desde San Adrián hasta Cortes. Ese cambio de mentalidad en las ciudades ya está más asumido porque además es más difícil construir y en cambio en los pueblos cuesta menos. 

Cuando entré en la oficina en 2004, no llegaban a 100 el número de expedientes de rehabilitación al año y ahora lo normal es más de 200. Además, antes no había ninguno de ascensores ni envolventes así que cada vez va a más por necesidad y por la cultura que evoluciona.

Originalmente las ORVES, Oficinas de Rehabilitación de Viviendas y Edificios, nacieron en el año 1985 para regenerar cascos históricos que estaban hundidos, era una tendencia a nivel nacional y se trabajaba vivienda por vivienda. 

A partir del año 2000 empezó a ir más allá el enfoque, hacia el resto de la ciudad con especial insistencia en barrios construidos en los años 50, 60 y 70, porque eran los segundos cascos viejos. Cambió la mirada hacia el conjunto de los pueblos y las ciudades. 

Esto se ha generalizado y en el contexto de las crisis globales estamos trabajando por la regeneración urbana.

Recreación del proyecto del entorno del Horno Coscolín visto desde la plaza Huerfanicos del Casco Antiguo de Tudela
Recreación del proyecto del entorno del Horno Coscolín visto desde la plaza Huerfanicos del Casco Antiguo de Tudela

¿Se llevan a cabo más obras en Tudela o en el resto de localidades?

Aquí llevamos 25 municipios con casi 100.000 habitantes y Tudela tiene 36.000. Es un trabajo que en la oficina nos repartimos a medias entre dos técnicos, Tudela y el resto de poblaciones. En los datos del año pasado vemos que de 211 expedientes de rehabilitación, Tudela suma 66 y los 24 municipios 145. Pero esa diferencia se debe a que en Tudela hay expedientes de bloques de viviendas mientras que en los pueblos es menos común, son obras a viviendas unifamiliares.

De hecho, Gobierno de Navarra invirtió más de dos millones de euros de los cuales entre el Casco Viejo y el resto de la ciudad suman casi el 40% de esa financiación. 

En Tudela ocurre que hay más expedientes de obras pequeñas de baja inversión en comparación a cuando alguien se arregla una vivienda unifamiliar en un pueblo. La ayuda viene a ser de media un 30% del total.

Eso sí, hemos notado un bajón a partir de verano con la crisis, el miedo y los costes de la energía entre otras cosas, todavía no tenemos datos pero lo hemos notado.

¿Cómo se puede acceder a las ayudas de Nasuvinsa para la rehabilitación de hogares? 

Las Oficinas de Rehabilitación estamos para ayudar en eso porque cada vez es más complejo, nos hemos convertido en prescriptores. Cuando acude una persona que quiere hacer algo, le asesoramos y lo ideal es que vengan con una idea mínimamente clara y consulten. 

Actualmente tenemos las ayudas de Gobierno de Navarra que llevan desde 1985 y a esas se suman desde primavera de 2021 las ayudas europeas para eficiencia energética destinadas a viviendas, edificios y barrios. 

El trámite generalmente comienza con una primera solicitud de las ayudas con presupuestos y una serie de documentación, el papeleo es inevitable. 

Casi siempre hay que adelantar la inversión y el Gobierno te da la ayuda una vez tienes todas las facturas y justificantes. Las ORVES estamos para que esté perfectamente claro lo que tienes que hacer para tener la ayuda.

Hace años las ayudas se pedían antes de hacer la obra y ahora se ha complicado un poco más porque algunas se piden al principio y se cobran al final, y otras se piden una vez hecha la obra y se aprueban al final. 

¿Cómo va el proyecto del Horno Coscolín? ¿Por qué es tan importante para el Casco Viejo?

El proyecto progresa adecuadamente, este verano comenzaron las obras con una previsión de casi dos años. Ya se han terminado los derribos y paralelamente al estudio arqueológico se está comenzando con las excavaciones y los cimientos. El principio será lento también por el tema arqueológico, y supongo que a partir del inicio del año que viene la cosa empezará a ir más rápida.

Para el Casco Viejo es un proyecto importante porque es una zona vulnerable con una población predominantemente con rentas más bajas, mayor, sobreenvejecida y feminizada en algunos casos porque las mujeres viven más años.

Por eso es necesario que vaya a vivir gente joven y sirva para que el comercio se mantenga y vaya a más. 

Además de eso, hay que tener en cuenta que desde la plaza Nueva hasta el Ayuntamiento tenemos una zona más rehabilitada, aunque empieza a tener problemas de las molestias de los bares. Sin embargo, desde la plaza Vieja hacia la Magdalena es una zona que está más abandonada y deteriorada. Por eso hay que intentar que el saneamiento que tiene una zona del Casco se vaya extendiendo a más partes. Y el proyecto del Horno Coscolín para mi es clave para eso, está en la frontera.

Va a ser una inyección de aire fresco el que se construyan allí 24 viviendas prioritariamente para gente joven, va a venir muy bien y lo veremos dentro de cuatro o cinco años. Hay doce viviendas que están en compra venta de VPO, algunas todavía se pueden comprar y las otras son de Nasuvinsa para alquiler, seis de ellas para menores de 35 años.

La plaza Padre Lasa está inmersa en una transformación total. ¿Cómo valoras este proyecto?

Creo que la plaza Padre Lasa es importante a dos escalas; para el barrio y el resto de la ciudad. Este y otros espacios estaban obsoletos y necesitan una intervención, por ello esas obras están bien para mejorar espacios públicos para el barrio. 

Lo que pasa es que a veces en esas intervenciones en las que se invierte mucho dinero público, como es el caso del Paseo Pamplona con dos millones de euros y la plaza Padre Lasa con una previsión de un millón y medio, es una pena cuando solo se mejoran los espacios pero eso no se aprovecha para dar un paso más y utilizar esa gran inversión para que la ciudad también mejore en su conjunto. 

Me refiero a mejoras de la movilidad en general, la conexión de unos espacios con otros y que la ciudad cambie notablemente y avance. A veces se hacen obras muy costosas que son solo de adecentamiento y eso es una pena. 

Si hacemos un barrido rápido por Tudela, ¿cuáles son las zonas más necesitadas de regeneración urbana?

En primer lugar y como hemos comentado, tenemos la mitad del Casco Viejo. Una zona que está muy pendiente de ayudas y más estrategias de peatonalización. 

A parte, se habla mucho del barrio de Lourdes pero hay que prestar atención a los barrios de los años 60, 70 y 80. Toda la zona de Griseras y su entorno es una zona con población bastante avejentada, de la cual se habla menos pero me parece que es una zona que también hay que abordar.

Y de ahí extenderse hacia la avenida de Zaragoza, que aparentemente vive gente con mejor situación enconómica pero luego los datos que hay no son así. La zona de Griseras es tan popular como el barrio de Lourdes y en su conexión con la avenida Zaragoza también necesitada atención.

¿Cuál es tu visión sobre el desarrollo sostenible de una ciudad como Tudela?

Tudela ahora mismo tiene 36.000 habitantes y con un nuevo plan municipal en proceso. 

En la zona de Gardachales hacia la avenida Zaragoza ya está aprobado suelo residencial para 3.000 viviendas nuevas y con eso tenemos hasta la Tudela de 2100 de sobra. 

Para mi es una actuación demasiado grande para lo que necesita Tudela pero poco a poco se irá haciendo.

Para mí lo sostenible y estratégico es la ciudad existente, no la ampliación de la ciudad. Tal y como estamos ahora es más lógico mejorar nuestra calidad de vida en las viviendas que ya habitamos. Por tanto, eso significa la calle a la que salimos desde el portal en el que vivimos y si se crece que sea lo que está aprobado, no más.