Uno de los grandes propósitos para comenzar el año con buen pie es la implantación de un método de orden y limpieza. El de la japonesa Marie Kondo es una manera popular y efectiva de comenzar a aplicarlo.
Según Kondo, el mejor momento para empezar a ordenar es a primera hora de la mañana, cuando se tiene todo el día por delante y la mente está más espejada. El primer paso esencial antes de ordenar, es eliminar.
El objetivo es solo conservar las cosas que aportan felicidad. Todo lo que no se use ni sea imprescindible debe irse. Este proceso es mejor realizarlo a solas, para que poder reflexionar sobre los objetos y ser más eficaz.
El segundo paso es plantear la organización por categorías y no por lugares. Ropa, zapatos, libros, juguetes... Abordar una categoría a la vez para saber exactamente qué es lo que hay, qué se queda y de qué hay que deshacerse.
Por otro lado, una vez llevada a cabo la limpieza anterior, se recomienda que cada cosa tenga su lugar para que sea más fácil acceder a ella y ordenarla. Por ejemplo, todas las camisetas van solo en un cajón, o los medicamentos en un neceser.
Otro de los aspectos básicos de Marie Kondo, en cuanto a almacenaje, es que es mejor guardar los objetos en un solo nivel en vez de apilardo, sobre todo con la ropa. La idea es poder ver todo lo que hay de un vistazo. Apilar fomenta la acumulación porque se van quedando cosas atrás que caen en el olvido.
Una de las directrices que más reto suponen es la de “no aferrarse al pasado”. Kondo afirma que el espacio habitado debe reflejar la persona en la que uno busca convertirse y no la del pasado. Recomienda deshacerse de los objetos con valor emocional al final, cuando tras haber hecho una limpieza en el resto de categorías, ya se comienza a sentir la liberación y el bienestar que produce.
