Las luces de las calles
este diciembre
brillan centelleantes,
entre la nieve.
Y se oyen villancicos
en almacenes,
tiendas y restaurantes,
llenos de gente.
En las cenas de empresa,
se dan presentes,
y brindan con el cava
los asistentes.
Y los días señeros
comen percebes,
chuletas y turrones
por San Silvestre...
Mas no se oyen las quejas
de aquellos seres
que viven la pobreza.
¡y el hambre muerde!,
Y las enfermedades
que nos sorprenden,
y los días de niebla
que hay en la mente...
Y, en el solsticio, ahora,
cuando el sol vuelve,
en otra Navidad
Jesús desciende,
Y en un pobre Portal
se nos ofrece
para darnos la Vida,
que nunca muere.