Si hay algo que he podido valorar con el paso de los años es el poder reunirme con amigos a los cuáles sólo puedo ver durante la semana de fiestas. Y creo que estos reencuentros son los que realmente la hacen tan especial.
Hay muchos tudelanos repartidos por el mundo y a todos ellos les brillan los ojos cada vez que hablan a alguien de fuera sobre las fiestas de nuestra Tudela.
Le damos la bienvenida a cualquier forastero y lo tratamos como a uno más, sea cual sea su raza o sexo. Y si algo hemos demostrado es que todos los tudelanos somos una gran familia. Porque no nos importa bailar con el vecino, cantar con los camareros o incluso almorzar un día con el panadero de debajo de casa.
Así que si eres de fuera y estás leyendo este texto, estás invitado a nuestra Tudela, de la cual te llevarás a casa un trocito de ella para siempre.