Plumas al cierzo

Patrona de Tudela

Josep Manuel Segarra Bellés nos escribe este poema.

Josep Manuel Segarra Bellés
photo_camera Josep Manuel Segarra Bellés

Dejad que Santa Ana,
madre de la Virgen María,
traspase el horizonte,
que vista su piel de espuma y agua,
y su falda de música y relente matinal,
que ascienda hasta el origen de los tiempos,
donde el sol acaricia con sus besos rosados
el resto de la nieve de las montañas.
Dejad que escale, pura, la cima del silencio,
que se destroce en música y canciones;
que vaya del latido mineral de la destinación, 
al aliento del río estremecido.
Dejad que sea relámpago de la noche,
solitario en el desierto de los pechos,
o caricia infinita de ternura.
Con galope de corceles grises, cruzó
la vida de todos nuestros sueños, y nos dejó
la fiebre en las pupilas,
la lenta procesión de las imágenes,
la sombra y el dolor clavados en el barro.
Santa Ana, abuela de Jesús, brilla,
sobre el crepúsculo azul
de la memoria de aquel cielo estrellado,
que irradia esplendores de dóciles gramáticas,
el aroma de un bosque florido
bajo una lenta lluvia que el cielo nos regala.