Plumas al cierzo

Los Reyes Magos

Miguel Bermejo Fernández nos escribe este relato.
Miguel Bermejo Fernández
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—Mamá.

—Dime, cariño.

—No entiendo por qué los Reyes Magos no me han traído lo que les pedí.

—¿No pedirías demasiado?

—Pero si solo me han traído un regalo; un regalo que, además, no escribí en la carta. ¿No dices siempre que para que los Reyes Magos me traigan regalos tengo que ser bueno?

—Claro.

—Pues me he portado muy bien durante todo el año: he sacado buenas notas, he sido educado, cariñoso y respetuoso…

—Quizás el año que viene te traigan más cosas, cielo. A veces los Reyes…, bueno…, aunque quieran, no pueden traerles a los niños todo lo que les piden. El dinero de los Reyes también se acaba y…

—Pero, a ver, mamá, dime por qué a Anselmito, que atiza a las niñas, desobedece a la profesora, contesta a su papá y a su mamá y saca muy malas notas, le han traído una bici nueva, un coche teledirigido, un perro robot y una espada láser; lo mismo que pedí yo; hicimos la carta juntos. Si no tenían las cuatro cosas para los dos, podían habernos traído dos a cada uno, y no todo a él, ¿no crees?

—Porque… No sé cómo explicártelo, cielo. La cuestión es que… 

    Bartolito interrumpió a su madre. 

—¿Y si me porto como Anselmito? Igual así el año que viene me traen lo que les pida. ¿He de ser bueno, o he de ser malo para conseguir lo que quiero, mamá?