Plumas al cierzo

La Navidad

Ascen Castiñeiras Moracho nos escribe este relato.
Ascen Castiñeiras Moracho
photo_camera Ascen Castiñeiras Moracho

Casi era el día de Nochebuena, todo estaba preparado para la celebración, Santa volvió a mirar por su vídeo y vio como uno de ellos todavía tenía en su mano la carta «No puede ser», pensó y rápidamente llamó a uno de sus elfos. 

—Nadie se puede quedar sin regalo. — Repetía Santa sin parar.

Cuando la tuvo en su poder, suspiró y mandó fabricar ese último juguete.

Por fin había llegado el día, todos lo esperaban, pero faltaban los últimos retoques de la casa de muñecas, ese último juguete.

Mientras Santa y algunos elfos metían todo en su saco, los demás trabajan sin descanso para acabar el regalo. Una vez listo, Santa salió volando, era una noche fría pero, como siempre, consiguió entregar todos los regalos, rápido volvió a casa para ver junto a sus elfos las caras de felicidad de los niños al abrir sus regalos la mañana de Navidad. Sobre todo la de esos niños jugando juntos con aquella casa de muñecas. 

—Compartir es lo que nos une en estas fechas.— Repetía Santa a sus elfos tomando chocolate.