Vivir y morir solos

Los gobiernos proclaman la infidelidad

con el dolor de las personas que han de emigrar,

de aquellos paises empobrecidos

y verse obligados a no quedarse allá.

Se esta impidiendo a los padres

poder juntarse con los hijos emigrantes,

no quieren que vivan con sus descendientes

a los que se ha obligado a emigrar antes.

No podrán ya besar a sus hijos y nietos

esto se ve en el puerto donde llegan los cayucos,

no imagina ningún sabiondo gobernante

qué penas han pasado en su pobre terruño.

No nos damos cuenta que con el emigrante

viaja la añoranza y dolor de la despedida,

esas personas que por el temor del futuro

se encuentran hoy solas y desatendidas.

Las fotografías de las revistas son premiadas

con aquellos de color que llegan atemorizados,

sólo ven las cuestiones artísticas

pero el dolor de esas personas es demasiado.

Transformar a esos seres humanos

debe forzar a lo largo de nuestra historia,

todo lo que no sea vivir junto a la familia

será un papel nulo de la requisitoria.

Es una pena dejar solos a estas personas

debemos de tratarlas con fuerte delicadeza,

y no dejar a todos morir de hambre

por lo menos esos no morirán de vergüenza.