En 1833 se inicia la primera guerra carllista. Rebelión de los vascos contra España en defensa de los Fueros. Zumalacárregui derrota al ejército español, que no se impondrá sino por la traición de los absolutistas españoles.
Tras el Convenio de Bergara (1839), las cortes españolas deciden la supresión de los Fueros. Una diputación creada por el Gobierno español en la Navarra oriental acepta la “unidad constitucional” española.
Entre 1838 y 1840 se dan los proyectos de reforma constitucional de Navarra propuestos por los carlistas y por el síndico Sagaseta de Ilurdoz. En 1841 se desmantela la constitución del Estado navarro mediante la mal llamada “Ley Paccionada”. Las fronteras se trasladan al Pirineo. Más tarde, en 1866, se concreta el Proyecto de unión administrativa de Navarra, Bizkaia, Guipuzkoa y Araba a propuesta de la diputación de Navarra.
En la Tercera de las Guerras Carlistas (1872-76), Cánovas del Castillo decreta el final de los fueros que aun quedaban en la Navarra occidental (Provincias Vascongadas).
