Incendios forestales

Una de las condiciones meteorológicas menos extremas que las de los dos últimos años y una mayor sensibilización de la población y de las adminsitraciones competentes han ido contribuyendo en términos generales a la reducción del número de incendios superiores a una hectárea y de la superficie quemada. Hay que felicitarse.

Un análisis provisional de las causas de los incendios corrobora lo que se ha venido denunciando desde el comienzo del periodo de máximo riesgo: La mayoría de los incendios forestales se originan por prácticas agropecuarias como la quema de rastrojos o matorrales para la creación de pastizal, por el uso de maquinaria agrícola en lugares próxilmos a terrenos forestales, así como por la ultilización de fuego en áreas de acampada o de barbacoas. Sin olvidar los incendios provocados intencionadamente. Extrememos las precauciones.

La puesta en marcha de los Planes de Autoprotección, minimizan la vulnerabilidad de los nucleos tradicionales de población ubicados en zonas de riesgo. No obstante, es necesario establecer de manera urgente una política de contención del crecimiento urbanístico en terrenos forestales.