Pregúntate: “¿Cuidas o matas la creatividad en tu lugar de trabajo?”
Equivocarse al principio es mejor que tener razón demasiado tarde.
Ser creativo y no empezar nunca es lo mismo que no ser creativo.
Piensa cosas nuevas. Haz cosas nuevas. Abraza el cambio.
La creatividad no se limita a los museos o a las fábricas. Puede aplicarse a todo lo que hacemos, a la vida, al aprendizaje y a cualquier entorno laboral, sin importar la talla o el nivel.
La violencia no es creativa.
La vanidad no es creativa.
El amor propio no es creativo.
La creatividad se estimula con preguntas. Cuando dejamos de hacer preguntas nos volvemos estúpidos.
Los que siempre consideran que tienen razón suelen ser aquellos que carecen por completo de ideas originales.
Se ha estimado que sólo utilizamos entre el 10 y el 15 por ciento de nuestra capacidad mental.
