Observar el paso de un río da
alegría
ver un niño sin cariño es malo,
no sabe cuándo se le acaricia
a veces piensa en cosas
y paises lejanos.
Los hay que desde que nacen
empiezan a sufrir desengaños,
nadie de él se compadece cada día
parece como si no fuesen
humanos.
A veces les compramos
juguetes caros
y con un cartón pintado son felices,
otros con una carretilla y una pala
ganan unos pocos maravedises.
Quiero llamar la atención
a los hombres que erigen
el mundo,
para que honren a esos sin familia
aliviando las penas y el dolor
profundo.
De estos niños que lloran
sin descando
o que sufren sus penas en silencio,
les falta el calor de la familia
y nunca ven la sonrisa ni un beso.
Como vemos la vida es dura
se nace un día en país lejano,
y de mayor se olvidan cosas
pero gusta el calor de una mano.
Debemos reconocernos como
somos
no queramos cambiar el modo,
sabemos que al final de la vida
aquí hemos de dejarlo todo.