¿Dormir solos o compartir la habitación con los hermanos?

La experiencia de muchos padres indica que los bebés descansan mejor acompañados por sus hermanos mayores y que los más grandes aceptan de muy buen grado dormir con el chiquito, incluso cuando queda un cuarto libre, que muchas veces en esta primera etapa se destina como cuarto de juegos. Y el temor de los padres con respecto a que el llanto del bebé despierte al hijo mayor en medio de la noche se diluye cuando ven, asombrados, que el mayor ni se entera del llanto fuerte que, por supuesto, los despierta a ellos a pesar de que duermen en otro cuarto.

A medida que los chicos crecen, habrá que ir escuchando sus deseos, y es de esperar que cuando el mayor esté cerca de los 10 años empiece a manifestar deseos de autonomía, sobre todo si se trata de hermanos de distinto sexo.

Llegada esta etapa, y si es factible, habrá que dar tiempo a pruebas y a avances y retrocesos: puede ser que el más grande, después de una mudanza que incluyó hasta muebles nuevos, decida que prefiere volver a su antiguo cuarto; y es posible que el más pequeño entre en crisis porque no quiere dormir solo. Por eso, conviene hacer ensayos sin demasiadas expectativas de lograr algo definitivo en poco tiempo.