Tudela

NILSA trabaja en la depuradora de Tudela siguiendo la normativa europea

El nuevo proyecto integra neutralidad climática, autoabastecimiento energético y la conversión de la materia orgánica

La depuradora de Tudela
photo_camera La depuradora de Tudela

NILSA ha sacado a licitación la remodelación y adaptación de la depuradora de Tudela por valor de 10,28 millones de euros, en un contexto de renovación de una planta construida en 2002. Su objetivo es iniciar una estrategia de tratamiento de materia orgánica, de acuerdo a estudios de I+D+i elaborados junto a centros como CEIT, CENER, CEDEX, sociedades públicas como INTIA, o universidades como la Universidad Pública de Navarra (UPNA), la Universidad de Navarra, la de Zaragoza o la de Barcelona, avalados todos por la Asociación Española de Abastecimientos y Saneamiento.

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La depuradora de Tudela

Navarra, en este contexto y dada su trayectoria de más de dos décadas, busca continuar su senda vanguardista, sustentada sobre su trabajo en I+D+i, avanzando con antelación y tiempo suficiente para cumplir a futuro los estándares comunitarios.

Se trata de un proyecto cuya adjudicación está prevista para abril y que supondrá centralizar el tratamiento del producto seco resultante de depurar el agua residual, convirtiendo la materia orgánica sobrante en recurso, en una clara estrategia de economía circular.

Por otra parte, la centralización de este producto en la depuradora de Tudela supondrá aumentar el tratamiento únicamente en un 16,5%. La zona norte de Navarra seguirá teniendo como destino final la depuradora que da servicio a toda la Comarca de Pamplona, y que ya aglutina el 60% de la materia orgánica de toda Navarra. La planta de Tudela acogerá el 40% restante, procedente del Eje del Ebro en su mayoría, y de la zona sur en todos los casos, del que ya recibe y trata el 23,5%.

Este proyecto se sustenta sobre ejes de sostenibilidad ambiental y agrícola, energética y económica. En primer lugar, se ha contemplado la necesidad de adecuar los tratamientos al borrador de directiva elaborado por el Consejo y el Parlamento de la Unión Europea, que fue dado a conocer en octubre del año pasado. En este apartado cabe recordar que la materia resultante de depuradora es el producto que resulta de depurar agua residual y que se quiere revertir para convertirla en un recurso de aplicación agrícola: una enmienda orgánica rica en nitrógeno y fósforo, apta para cultivos.

La depuradora de Tudela
La depuradora de Tudela

Además, NILSA pretende que la Comunidad Foral sea pionera en este sentido, tal y como lo fue en 2005 en tratamiento de agua residual. Hace casi veinte años, Navarra fue la única comunidad en cumplir la normativa 91/271/CE, que establecía que todas las poblaciones de más de 2.000 habitantes debían tener sus aguas residuales depuradas.

Por otra parte, en el eje del uso agrícola se contempla la aplicación inicial en 2.000 hectáreas. Los estudios que sustentan esta estrategia se han llevado a cabo con INTIA, sociedad pública experta en materia agraria y cultivos.

La entrega a las y los agricultores de la enmienda orgánica se efectuará por parte de NILSA de manera totalmente gratuita y busca una recuperación de nutrientes (fósforo y nitrógeno, en especial) que ya no tendrán que ser aplicados a los suelos desde fuentes minerales extractivas, además de suponer un ahorro en los costes de explotación de cultivos extensivos (maíz, trigo, cebada, centeno, avena, colza, girasol). Además, la proximidad del destino final evita intermediarios y reduce la huella de carbono en los transportes.

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La depuradora de Tudela

Finalmente, destacar el eje de la producción energética, cuyo objetivo final es el autoabastecimiento de energía verde para todas las instalaciones de depuración y saneamiento de Navarra (más de 600 instalaciones). En la actualidad, la producción energética producida en la Comarca de Pamplona es de 19,6 GWh/año. La generación prevista en Tudela a la finalización del proyecto es de 11,8 GWh/año.

Si a esto se añade la producción de las placas fotovoltaicas del programa solar que NILSA tiene en marcha desde hace más de cinco años y que asciende a 1,5 GWh/año, supone el 93% de la energía que consumen todas las instalaciones de Navarra que, unido a la compra de un 7% de energía verde, equivaldría a la neutralidad energética del sistema, tal y como solicita la Unión Europea.

La centralización, por tanto, supone dotar de un tratamiento homogéneo a todo el producto resultante de la depuración; ahorra costes respecto a tratamiento individualizados, que repercutirían en la tasa de agua que se cobra a las personas contribuyentes; garantiza la aplicación tecnológica más eficiente en términos sanitarios y medioambientales; y crea también dinamismo laboral y agrícola en la zona.