Caza

Estado de conservación de la codorniz silvestre en 2020

Esta pequeña y escurridiza ave forma parte de la escuela con la que el cazador y el perro aprenden, a la vez que es la única caza asequible tanto para el perro como para el dueño cuando se hacen mayores.

Macho de codorniz silvestre
photo_camera Ejemplar macho de codorniz común​ (Coturnix coturnix)

La codorniz es una pequeña ave terrestre (galliforme) que es migradora estival (está aquí presente durante la primavera y el verano). Todas las primaveras las codornices llenan con sus cantos nuestros cultivos herbáceos y praderas. Aunque la codorniz es escandalosa no se deja ver. Es un ave mimética que se confunde con la tierra y las plantas herbáceas. La codorniz está muy presente en las culturas euroasiáticas. Desde China hasta la península Ibérica, pasando por la India y Mesopotamia, los libros más antiguos recogen a la codorniz con las tradiciones rurales de todas estas gentes. Cuando dos personas contraen matrimonio en China, es habitual regalarles una pareja de codornices como símbolo de los mejores deseos para su fertilidad. En Asia los retos con las peleas que enfrentan a los machos de codorniz, reúnen por la tarde en las aldeas a los vecinos. En todo el mediterráneo las codornices se capturan en el Sur con redes y en el Norte con armas de fuego y perro de muestra. Las codornices silvestres son una pieza fundamental en la dieta mediterránea, aunque cada vez quedan menos madres que atesoren los secretos de su cocina.

En nuestro país la caza de la codorniz inicia y cierra la vida de los cazadores, de aquellas personas que tienen en la caza su forma de vida. Porque esta pequeña y escurridiza ave forma parte de la escuela con la que el cazador y el perro aprenden, a la vez que es la única caza asequible tanto para el perro como para el dueño cuando se hacen mayores. La codorniz levanta las más intensas pasiones, muchos cazadores cruzan la península de punta a punta por disfrutar unas horas de caza de la codorniz. Otros cazadores franceses e italianos se desplazan hasta la península, aunque cada vez más cazadores de Oeste de Europa, viajan al Este en busca de la codorniz, porque allí la agricultura es menos agresiva y son mejores los hábitats. El valle del Ebro contiene algunos de los lugares idóneos para la codorniz, aunque eso siempre depende del uso que hacemos de la tierra y el agua. Además las islas Canarias, las islas Baleares, el Centro Sur, el valle del Duero, la Meseta Norte, el Prepirineo, el Pirineo, el Norte también albergan hábitats óptimos y codornices. De ahí que éste ave disponga de muchos lugares donde elegir para realizar su estancia y reproducción estival en España.

La Unión Europea exige que para realizar el aprovechamiento cinegético de una especie silvestre, ésta tenga un diagnóstico de estado de conservación favorable. Nuestra legislación asume que hemos degradado los hábitats europeos y la vida silvestre que depende de ellos, por lo que para hacer un aprovechamiento de las poblaciones de las especies cinegéticas, nos exige demostrar que ellas se encuentran en buen estado. Este principio tiene una lógica aplastante e irrefutable, el primer problema es que no se aplica a todos los sectores económicos (primario: aprovechamiento de la tierra, secundario: producción industrial y manofacturas, y terciario: servicios). Si quien contamina o degrada la tierra pagase lo suficiente para restaurar lo estropeado, no tendríamos el problema de la destrucción de la naturaleza y de cómo conservarla.

La codorniz es uno de los pocos animales que dispone de un plan de gestión europeo desde 2009. Estos planes son necesarios para todas las especies que tienen distribución en más de uno de los países de la UE, además son imprescindibles para los animales migradores. En resumen este documento dice que tenemos que hacer un seguimiento de la población y garantizar que su caza es sostenible. Es decir que estamos obligados a disponer de información actual de su población y en consecuencia a regular la presión cinegética que sobre ella ejercemos. La crisis de las especies silvestres y de la caza pone de manifiesto la insuficiencia de datos. Contar con datos actuales de alta calidad permite argumentar las decisiones de gestión que se toman en cada coto de caza. Coturnix es un proyecto de todos los cazadores españoles con esta misión, hacer el seguimiento de la población y gestionarla de forma sostenible. La calidad del diagnóstico sobre la población depende de los datos en los que se basa. Por eso es necesario fomentar esta red de ciencia ciudadana capaz de cubrir el territorio. Dinamizar a los cazadores y reunirlos con este objetivo común, es la herramienta más eficaz para garantizar la conservación de la codorniz y de su aprovechamiento sostenible.

Tenemos que hablar de la codorniz para mejorar su gestión, la consecuencia previsible de nuestras conversaciones, es que subirá mucho la calidad de los datos que recojamos y aumentará la eficacia de los Planes Técnicos de Caza. Es imprescindible que el relato de la caza sostenible se llene de detalles y matices en cada coto, que transcienda a la sociedad y forme parte del estado de opinión. La presión de los ecologistas sobre los cazadores para prohibir la caza, debemos transformarla en estímulos para mejorar la gestión cinegética básica. Gracias a que los científicos (estudiosos) llevan décadas (siglos) estudiando la gestión de la fauna, formulando planes de gestión, y resolviendo los gravísimos problemas que las actividades humanas ocasionan a la vida silvestre, la actividad cinegética puede ser sostenible. De nuestras estepas desaparecen las avutardas, los sisones, las gangas, las ortegas, los alcaravanes, las cogujadas, las alondras, las calandrias, las terreras, aves, reptiles, invertebrados, saltamontes, luciérnagas, mariposas, la vida silvestre de nuestros campos y montes.

La crisis de la biodiversidad nos exige mejorar y fortalecer el sistema legal de gestión cinegética ¿y para qué sirve todo esto? A final de junio esperamos obtener el visto bueno para difundir la memoria ‘Coturnix 2020’ en ella se establece el diagnóstico de estado de conservación favorable de la población de codorniz el pasado verano, además se detalla para las distintas regiones biogeográficas, tanto la estructura de la población como el aprovechamiento cinegético. Esto ha sido posible gracias a la participación de más de 3.000 cazadores en todo el país. Este año va a aumentar el número de colaboradores porque cada vez hay más cazadores que se forman y contribuyen al desarrollo de la cultura cinegética, a los avances en nuestro entendimiento de la naturaleza. ¿Cuantos sobres Coturnix necesitas para la próxima media veda? El rédito en salvar la codorniz y su caza será enorme, adhiérete a Coturnix y lograremos multiplicar su efecto.

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