Con motivo de la fiesta de la Inmaculada, Cintruénigo vivía la pasada semana una de las fiestas religiosas más importantes de la localidad. Todo el pueblo se desplazaba a lo largo de la mañana a la pequeña basílica de la Purísima construida en el siglo XVII y a la que se considera como el primer templo dedicado a esta advocación, para asistir a los actos religiosos. José Ignacio Larragueta, párroco del municipio, resaltó el donativo de la Hermandad (30.000€) para costear parte del nuevo sistema de humedades de la basílica, fruto de una donación a la misma de una cirbonera afincada en Barcelona y que a su muerte dejó en herencia.
A la salida del acto religioso, los asistentes pudieron degustar pastas y vino dulce.
