Los alfareños y muchos de sus visitantes han unido festivamente durante este fin de semana su tradición, su gastronomía y su patrimonio natural y cultural. De nuevo con el dicho popular ‘Por San Blas, la cigüeña verás’, el Ayuntamiento, los bares y restaurantes y cientos de vecinos convertían en una fiesta en la calle el II Día de la Cigüeña del viernes al domingo.
El éxito de la primera edición el pasado año avalaba la fórmula: la unión de la celebración del santo y sus roscos bendecidos vinculada a las zancudas que pueblan la Colegiata de San Miguel y otro buen puñado de tejados en la localidad con una espléndida carta de pinchos y menús con los sabores de la rica huerta ribereña.
Desde el viernes, las cuadrillas se han animado a saborear en ruta los dieciséis pinchos, además de los tres menús de restaurante. De hecho, la tardenoche del sábado fue muy animada, con decenas de cuadrillas acompañadas de los mapas de la exquisita ruta cenando antes de preparar sus disfraces por Carnaval.
Pero la primera cita del sábado fueron los talleres infantiles de decoración de roscos con los monitores de Ventura aludiendo con sus motivos a las zancudas o los del Centro de Interpretación de los Sotos del Ebro organizados por la Consejería de Turismo, además y las visitas guiadas por la responsable de la Oficina de Turismo al Mirador de las Cigüeñas.
