Existe una opinión muy generalizada en la sociedad de que quienes dirigen los ayuntamientos, no se sabe muy bien por qué, hoy ordenan hacer una obra costosa y al poco tiempo, injustificadamente, lo que se hizo ya no vale y se cambia. Algo que nunca haríamos en nuestras casas, a no ser que uno sea un cabeza rota. Esta actitud es un verdadero cáncer para la credibilidad de los ayuntamientos.
Pues bien, si en todo momento hay que actuar con la suficiente diligencia para que con una correcta planificación no ocurran estas cosas, en los tiempos que vivimos de crisis económica, mucho más. Que hoy se haga una calle y mañana haya que levantarla para colocar lo que se olvidaron, no se puede permitir.
Nos parece que en todo momento hay que hacer las cosas bien y a la primera, no podemos aceptar que, otra vez, el Ayuntamiento de Corella realice una obra y al poco tiempo deshaga lo hecho y vuelta a empezar. La última es la actuación en la Plaza de la Merced de Corella. A finales del verano pasado se colocó un tramo de barandillas protectoras que separaban la zona peatonal del carril de entrada de autobuses. Esta semana, tres meses después, ha sido eliminada.
No es cuestión de hacer un listado aquí de la gran cantidad de necesidades que no están siendo atendidas, pero no se puede aceptar que la mala planificación lleve a derrochar tiempo y dinero de los empleados municipales.
