Opinión

A la sopa boba: visión turística "de ventanilla"

Sopa boba en La Oliva (1936). Fotografía de Diego Quiroga Losada, marqués de Santa María del Villar
photo_camera Sopa boba en La Oliva (1936). Fotografía de Diego Quiroga Losada, marqués de Santa María del Villar

Actualmente se ve suspirar a mucha gente que aspira a un sueldo vitalicio, por tocarse las narices, o a tener un casoplón, por embobar como un Hamelín al personal. Pero no está al alcance de todos. Toca trabajar. Y faltan las oportunidades. No se generan. No se buscan. Los que se atreven, los nuevos parias de la tierra, ahora se les llama autónomos. Los cientos de miles pequeños autónomos. No les digo nada si, además, están en el sector laboral de la hostelería, sanidad, comercio, transporte... ¡Mis disculpas a los que olvido! Su ERTE es tener SUERTE.

Estamos recluidos. Por decreto, por horoscopo o por sortilegio departamental. Sin alambradas aún, pero ¿quién sabe? cualquier día de estos, también. Bajo estas condiciones, si nos dejan salir de casa, como canes jadeantes y ansiosos corremos por todo el espacio que nos permite recorrer el amo. Los sitios más emblemáticos, nuestro objetivo: Bardenas Reales de Navarra, Foz de Lumbier, Santa María de Eunate, etc parecen la Plaza Mayor, la Plaza de los Fueros, la del Castillo o incluso la Plaza Nueva de nuestro pueblo el día del chupinazo.

El repertorio de turisteo foral es limitadico, al parecer, para una mayoría de paisanos. Será falta de hábito, conocimiento, distancia, etc. Resultado: congestión tales lugares. Se reduce tal repertorio si el atractivo cultural está cerrado.

Pongamos un ejemplo: Eunate. Cerrado. Pequeño monumento cuya visita dura 10-15 minutos. 20 a lo máximo. El interior lleva poco rato verlo, sin guía explicando. La rotación alta. Un cepillo para donativos, a la baja, esta Semana Santa podría sacar 400€. O más. Vamos, 100€/día. O más.  ¡Autónomos, parias de la tierra, ¿cuántos gastos al mes os quitáis con esa cantidad? Cierto. No alcanza para el casoplón, pero, ¡jodó!, endereza el mes. Y el cálculo ha sido a la baja. Es un caso excepcional, sí. Pero también cerrado. Conclusión, dinero perdido, fustración del visitante, mosqueo de muchos, etc. Ahora, trasladen el caso a la iglesia, ermita, museo, etc. 

Ejemplo de caso contrario: El Yugo en Arguedas. Abierto. Uno entra, echa un euro, o más, para iluminarlo, se hacen unas fotos, y fuera. Feliz como una perdiz. No estaba del todo abierto, pero se dejaba ver. Además tiene un local adyacente con bar y restaurante. No quedaban plazas. Sin reserva, mal.

En las localidades del Camino de Santiago, donde este tipo de turismo local deja un rastro económico importante, es mayor incentivo en muchos lugares por tener sus monumentos abiertos. El paisaje, la gastronomía, las ferias y mercadillos son elementos deseados, pero la gente también busca cultura, conocer el patrimonio o volver a verlo. La cultura genera riqueza. Y hace falta esa riqueza para preservar ese patrimonio que cuesta mantener. Si se está sabe rentabilizar. Como hace unos días decía en este mismo medio su director (véase Bardenas, sin guardas en Semana Santa).

«¿Qué pasaría en cualquier empresa si en los días de más trabajo del año se da vacaciones al 75% de la plantilla?»

Y toda la vida ha sido así: unos tienen que trabajar para que otros disfruten de sus vacaciones. ¿Hay que cerrar la hostelería durante las fiestas patronales? Deseable serían, laboralmente, muchas metas pero vemos habitualmente cómo gana más dinero aquel con horarios diferentes, complementarios, horarios que permiten al trabajador, comprar, hacer gestiones. El horario funcionarial y bancario, ese que va de lunes a viernes, de 8 a 3, no puede ser para todo el mundo. El horario de ventanilla, peor incluso. Este también parece ser nuestro actual turismo. Turismo con horario de ventanilla (de 9 a 2)

Me cuenta de pueblos pequeños que no abren tal monumento, templo, porque se van a comer al pueblo vecino. 

    - ¿Por qué se van a comer a otro lado? -se pregunta por curiosidad.

    - Porque hay dónde comer en el pueblo. -recibe como respuesta.

    -¡Amigo, seguirán toda la vida yendo al pueblo vecino si lo cierras y no terminas por fomentar el volumen que lleve a algún emprendedor del pueblo a atender esa necesidad!

Si esta es la actitud, sí, mejor sigamos a la cola, a la sopa boba, esperando la caridad de turno.