Opinión

Bardenas, sin guardas en Semana Santa

¿Se encontraba el equipo de vacaciones?

Bardenas es, sin lugar a dudas, uno de los grandes hitos de Navarra y el más importante de la Ribera, junto al Palacio Real de Olite, ya que ambos espacios son los más visitados por ese ansiado millón de turistas que espera recibir cada año la Comunidad Foral. El interés por este rincón de nuestra tierra se ha despertado en los últimos años, sobre todo, por los franceses de Aquitania, que lo han popularizado e internacionalizado, como el “desierto” más al norte de la Europa continental. Además, películas y spots publicitarios que han aprovechado la magnificencia de sus muchos rincones míticos lo han elevado a la categoría de espacio natural emblemático, algo nada desdeñable si tenemos en cuenta que el territorio de Bardenas Reales es nada menos que Parque Natural desde 1999. Summum que alcanzó el 7 de noviembre de 2000, cuando la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, la UNESCO, a través de su Consejo Internacional de Coordinación del Programa MaB, Man and Biosphere, declaró Bardenas Reales de Navarra como Reserva de la Biosfera. Dejando claro, de este modo, que este pequeño rincón del planeta, fundamento de muchas de nuestras jotas, bien vale una misa.

Así, su valor e interés local y colectivo es indudable e incalculable para todos, propios y extraños, congozantes, navarros, aragoneses y vecinos y turistas. Por ello, la entidad administrativa que gobierna este territorio que José Antonio Gayarre arrancó de las manos del Estado, la Comunidad de Bardenas, cuenta con, entre otros, 8 guardas contratados para salvaguardar su, por todos, amado espacio, y para controlar sus usos tradicionales, y los nuevos, como son la afluencia de turistas, ciclistas y paseantes. 

Con el fin de determinar sus virtudes, limitaciones, usos y riesgos, la propia Comunidad de Bardenas y Consorcio EDER desarrollaron varios Planes y Estudios para conocer a fondo sus recursos y capacidades. Y en ellos, entre otras muchas cosas, quedó claro que la capacidad de carga -que es como lo llaman los técnicos- de visitantes de este sagrado espacio ribero quedaba sobrepasada cada año, sólo en Viernes y Sábado Santo, esta semana de Pascua, así como el puente del primero de mayo, no el resto del año. Tomando esta referencia como útil a la hora de conocer en qué medida el territorio corre el riesgo de saturarse de visitantes, y perder tanto su encanto, como un control  adecuado del medio ambiente de este espacio venerado por todos. Sin embargo, esta Semana Santa que acabamos de dejar atrás, se ha dado un caso curiosísimo, después de mostrar tanto interés para todos: Sólo 2 guardas han vigilado estos días esta tierra sagrada nuestra. Tótem de todos y para todos. Sólo un guarda por la mañana, y otro por la tarde, al margen de librar algún día y sus descansos preceptivos. ¿Se encontraba el equipo de vacaciones? No se entiende, que así se haya tenido que controlar estos días nada menos que las casi 42.000 hectáreas de superficie y sus nada desdeñables 800 kilómetros de pistas, sendas y caminos con que cuenta Bardenas Reales.

¿Qué pasaría en cualquier empresa si en los días de más trabajo del año se da vacaciones al 75% de la plantilla? Pues sería un caos organizativo, sin duda, pero es así como se está gestionando este territorio que tanto amamos y que tan poco parecemos saber controlar, vigilar y preservar.