Opinión

Micogastronomía

Llega la Navidad y con ella las celebraciones y banquetes. Sin llegar a tener el protagonismo de otros productos, los hongos son cada vez más empleados en estos eventos gastronómicos. Hoy, la variedad y la disponibilidad hacen que sean cada vez más usados por los cocineros domésticos.

Pero… ¿adquirimos siempre producto de calidad? Por lo que encontramos en los supermercados, a veces no; veamos. Los champiñones (Agaricus bisporus),  deben tener un color perfectamente blanco, el sombrero deber ser duro al tacto y las laminillas deben estar ocultas. Si el color es beis o amarillento, el producto no es fresco. No así cuando se trata de champiñon portobello (Agaricus brunnescens), que de forma natural es de color totalmente pardo. La seta de bandeja o de ostra (Pleurotus ostreatus), de buena calidad la encontraremos siempre con aspecto terso, con las láminas perfectamente definidas, sin manchas algodonosas o colores amarillentos. No confundir con la seta de cardo (Pleurotus eryngii), la cual es posible encontrar en su forma cultivada con unos pies anormalmente engrosados y que no deben estar huecos o blandos. Una de las mejores opciones es adquirir shitake (Lentinus edodes), seta muy sabrosa y de consistencia elástica. Si encontramos shitake cuyo sombrero se rompe al presionarlo, puede ser sintoma de mal producto. Respecto a las setas silvestres de cualquier tipo, prestaremos atención a que no esten rotas, agusanadas o sucias; ello significa que la recoleccion no se ha realizado con el debido respeto por el producto. Y sobre todo, mucho cuidado si se adquiere trufa negra (Tuber melanosporum), dar gato por liebre suele ser muy habitual. Feliz Navidad.