Psicología

Saber decir NO

Diferenciando las necesidades reales de las provocadas… ¿cuántas veces hemos boicoteado nuestra felicidad, nuestro bienestar, y nuestra paz, por satisfacer a los demás?

En la vida hay cosas que cuando se dan, se pierden. Pero hay otras, que cuanto más se dan, más se tienen. Es el caso del amor, la amistad, la alegría… Sin embargo, cuando nos negamos a nosotros mismos (nuestras apetencias, intereses, opiniones, deseos, necesidades) por satisfacer las de otros (cuando nos damos al otro), no obtenemos más, sino menos. Es un dar que nos quita. Y damos, porque nos dejamos manipular por la mala imagen que crearíamos de nosotros mismos, si no accediésemos a las demandas del otro.

"Ser lo que somos filtra las relaciones que realmente nos aprecian y limpia las que no"

 

Cuando actuamos así, perdemos nuestra dignidad, y vendemos nuestra persona, para mantener una imagen social, familiar o profesional, que es falsa. ¿El resultado? La frustración interior. Hemos perdido la conexión con nuestra esencia, y vivimos en un ser que no identificamos como nuestro. ¿La proyección de futuro?: el fracaso vital y personal. ¿La solución?: tener el valor de mirarnos al espejo y reconocernos como realmente somos, valorando y aceptando lo que somos, asumiendo el riesgo de no-ser-aceptados-queridos. Ese miedo a ser rechazados, pronto nos sorprenderá con un amor relacional más genuino. Aumentará el bienestar con los otros, porque nos habremos dado cuenta de que podemos ser sinceros con ellos, y no se han alejado. Porque ser lo que somos, filtra las relaciones que realmente nos aprecian, y limpia las que no. Como consecuencia, mejora nuestra esfera relacional porque al estar más conectados con nosotros mismos, estamos más alegres, la alegría se transmite, e incluso atrae. Habremos sustituido las personas que nos querían por nuestra falsa imagen, por aquellas que nos quieren por lo que somos de verdad. Lejos de lo que se pueda temer, no acabaremos solos, sino más y mejor acompañados que nunca.

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