Habito en el lugar más emblemático de Tudela, ¿adivináis en cuál?
¿La plaza Nueva? ¡Pues no! Sé que os gusta por los escudos de sus fachadas, su coqueto kiosko, sus concurridas terrazas y porque tras la iglesia, en la antigua maternidad, nacistéis los riberos de los 70; pero, sobre todo, porque cada 24 de julio os convertís en jolgoriosa marabunta tras el lanzamiento del cohete desde la casa del reloj.
¡Qué va! Yo nací y vivo en la catedral. Mi madre era dura de mollera, pero las manos de mi padre modelaron en ella una obra de arte: yo.
La próxima vez que paséis por aquí, buscadme entre esa recua de santurrones y pecadores. Pero no vengáis entre junio y septiembre, que me cojo vacaciones para disfrutar de las fiestas de Tudela y los demás pueblos de la Ribera... ¡Aunque tras tantos días de encierros, comidas en las peñas, bailes con los gigantes, gaiteros, jotas y verbenas acabo baldada, que una a mis años ya no está para estos trotes...!
M.ª Carmen Navascués Capdevila
Autora de 'La Sirena de Fonmiñá' y 'La estela del peregrino'
