El sermón del Santo Cura,
Juan María Bautista Vianney
olor a santidad, Patrono de las Parroquias,
la homilía navideña canta al corazón
de todos los que le escuchan.
Dulces poemas me suenan,
allá del siglo dieciochesco,
del santo muy santo,
¡Que delicia!
Un villancico en forma
de homilía profunda.
El aroma del alma viene
a nosotros los que van
a la parroquia a conmemorar
la gran navidad,
a Belén se va cantando,
un canto al alma.
La música subliminal
hace ver el pecado en sus fases:
1. A ti hombre orgulloso,
2. ¡Qué avaro eres!
3. Vaya tanta lujuria,
4. ¿Has perdido la fe?
La homilía como una espada,
lacerante y de doble filo,
que es su palabra en el día
de la navidad,
la palabra VERDAD,
que tanto miedo tienen
los que mienten,
los que manipulan,
los que usan la tecnología en su provecho,
los que crean sus intereses perversos.
Dejame hablarte a tu alma,
pecado has cometido,
no te rías,
el infierno te coge por dentro,
no un sitio de fuego,
si un alma atormentada
por tu corazón perverso.
Vamos a cantar un villancico,
un poema navideño,
una música de conversión y reconciliación.
