Relatos

Figuritas de Navidad

Raquel Sánchez Corcuera nos escribe este breve relato

Raquel Sánchez Corcuera
photo_camera Raquel Sánchez Corcuera

- Me rescataste de un ejército de ojos rojos y dientes grandes. Libraste a mi mundo del malvado monarca de orejas puntiagudas. Me liberaste del hechizo con el que una malvada reina me maldijo. - Un muchacho rubio, de ojos azules y casaca roja, le hablaba a la figurita de una bailarina que colgaba de un gran árbol de Navidad.

- Ahora es mi turno. Llevo mucho tiempo tratando de encontrarte... - El chico cogió delicadamente la mano de la bailarina y la besó.

Entonces, la figurita abrió los ojos, desperezándose de un largo sueño. - Oh. ¡Eres tú! Creo que he dormido demasiado... - Le dijo la bailarina. - Siento haber tardado tanto, mi querida Clara. Te llevaré conmigo a tu nuevo hogar. - Le contestó el muchacho mientras la ayudaba a bajar del árbol. Los dos jóvenes se acercaron a un viejo y gran reloj de pie, abrieron la portezuela de cristal y ante ellos apareció un valle nevado con un castillo al fondo. Cruzaron y desaparecieron justo cuando el reloj daba las doce.

A la mañana siguiente, las figuritas del Cascanueces y la bailarina, habían desaparecido del árbol de Navidad, en la vieja mansión del misterioso Drosselmeyer. Del que, por cierto, jamás se volvió a saber nada.