Cada vez que pienso en las fiestas de Tudela
Me vienen imágenes a la cabeza…
La plaza nueva a las doce. Y toda una ciudad, en vilo.
Con un pañuelo rojo, al aire,
Más que una prenda, un icono;
Un sentimiento.
Y una semana de alegría que comienza.
Ataviados con ropa blanca sobre piel morena
–O de todos los colores–.
Noches embriagadas, revoltosas.
De fiesta y verbenas. Talento y folclore,
Coloreadas con fuegos de artificio.
Pero también, terrazas abarrotadas,
Vermuts entre cabezudos y gigantes.
Olor a albahaca y perfume de domingo,
Devoción por Santa Ana.
Almuerzos que todo lo curan.
Rincones libres de preocupación,
Para que niños y niñas jueguen; Sueñen.
Ferias y feriantes.
Vecinas, visitantes.
Todos y todas son bienvenidos
A un carrusel que sube y baja.
Que nos trae recuerdos a juventud, infancia y madurez;
Nostalgia por los que se fueron.
Y una vela, crepitando, que dice: pobre de mí; Ahora cuídate;
Nos vemos el año que viene…
¡Viva nuestras fiestas!