Plumas al cierzo

Al pie de la reja

Rescatamos este poema de la fallecida Ana Huguet López.
Ana Huguet López
photo_camera Ana Huguet López

Para los Auroros, heraldos en la alborada
de nuestras Fiestas más entrañables durante
todo el año, con admiración.

Va asomando el alba tímida en la noche
de estrellas y luna con airón de enebro;
paso a paso, el día se abrirá en derroche
de luces y músicas inundando el Ebro.
Habrá un mediodía de luz esplendente
dorando las calles para que la Abuela
en medio de un pueblo gozoso y ferviente
bendiga en amores la Fe de Tudela.
Pero antes, al borde de la amanecida
que cierra la noche del Señor Santiago;
tras la dura fiesta, como adormecida,
la Ciudad respira quietudes de lago.
Por las viejas calles del viejo Tudela
con fervor silente un grupo camina.
A veces, se enciende la luz de una vela
que apenas la escrita música ilumina.
Y como si un ángel en el firmamento
deshiciera en láminas de plata las nubes
y a mecerlas fueran en alas del viento
en suave vaivenes, cientos de querubes,
la voz atiplada de una campanilla
rompe el gran silencio de la Plaza Vieja.
Y el alma se asoma a la maravilla
de sentir su encanto al pie de la Reja.
Llegan los auroros... Y es tan fervorosa
la canción de amores que su Fe desgrana
que abre la sonrisa más esplendorosa
que la luz del cielo trazó en la mañana,
y que ya prendida igual que una rosa
irá todo el día luciendo Santa Ana...