Aoiz

Nace Afterglow: la ginebra de la puesta de sol

La nueva propuesta, creada por dos jóvenes empresarios de Aoiz, está elaborada a partir de ingredientes naturales procedentes del entorno del río Irati.

Javier Imízcoz y su ginebra Afterglow
photo_camera Javier Imízcoz y su ginebra Afterglow

El pasado mes de octubre aterrizó en el mercado Afterglow, una nueva ginebra creada por dos jóvenes naturales de Aoiz, fundadores de la empresa Simple Spirits. 

“Ofrecemos un producto de calidad, exclusivo y sin artificios”, afirma Javier Imízcoz, uno de los artífices. Se trata de una ginebra elaborada con la técnica London Dry Gin, según la cual “el destilado se mantiene inalterable, sin añadir aditivos ni edulcorantes, para que todo el sabor provenga de sus botánicos”, explica.

En el entorno privilegiado del Irati, río emblemático que recorre el pueblo de Aoiz, se encuentran los botánicos esenciales de Afterglow. De este modo, la nueva ginebra presenta un perfil clásico, atemporal, donde el enebro toma protagonismo, acompañado por notas cítricas, florales y especiadas. El resultado es “una ginebra equilibrada, sabrosa, que invita al disfrute”, asegura Imízcoz.

La magia Afterglow

El proyecto Afterglow surge en plena pandemia del covid-19; con alma local, pues está ligado a las raíces de sus creadores, pero también con una indudable vocación internacional, ya que “el sabor y el disfrute que ofrece son universales”.

El término 'afterglow', que hace referencia al ‘resplandor’ del atardecer, describe a la perfección el espíritu de este nuevo producto. “La energía de ese instante al final del día en el que sol va desapareciendo y uno reflexiona sobre lo vivido; esa satisfacción por el camino recorrido; esa mirada a lo mucho que nos queda por vivir, esa oportunidad de volver a empezar… eso es Afterglow para nosotros”, expresa Imízcoz. 

En esta línea, el nuevo producto reivindica una vuelta a nuestras raíces, a lo esencial. “Ha sido necesario sufrir una pandemia como ésta para darnos cuenta de que somos muy vulnerables y de que debemos dar más importancia a esas cosas que nos producen felicidad a cambio de muy poco.  Hablamos de nuestras familias, amigos, de sobremesas que no terminan nunca, de la alegría de compartir una copa con los tuyos, de un simple ‘¿Qué tal estás?’ o de un ‘Tenemos que vernos’”, explica. 

“Encontramos en el atardecer un paralelismo con la belleza y con la sensación universal que provoca ese momento, que está alineado con la alegría que producen las cosas sencillas”, apunta. Por eso, este producto se dirige especialmente “a esas generaciones que ya no llegamos a casa de mañana -aunque lo hayamos hecho-, porque preferimos disfrutar de un vermut a mediodía o de los ‘tardeos’, a gente desinhibida que sabe disfrutar de la vida, gente que vive el aquí y el ahora y, por supuesto, que sabe valorar el inmenso placer que supone beberse un gin-tonic en buena compañía”, detalla. 

Para expresar este concepto, los creadores de Afterglow han recurrido a una potente y cautivadora imagen de marca: el nombre de la ginebra en tonos naranja y rosado, haciendo un guiño al símbolo icónico del atardecer. Todo ello, sobre un fondo negro que evoca a la oscuridad de la noche.

Ya a la venta

Afterglow está presente en la tienda online de la marca, a la que se podrá acceder a través de la página web www.afterglowgin.com. 

La ginebra se presenta en un estuche personalizado que evoca una puesta de sol desde lo alto de una montaña, reivindicando “el placer de disfrutar de aquello que nos hace esforzarnos”, concluye Imízcoz, no sin antes lanzar un reto: “Afterglow, ¿Te atreves?”.