El viernes 16 de julio, como es tradicional en Corella, se celebró la festividad de la Virgen del Carmen, patrona del convento de los Padres Carmelitas de la ciudad.
Tradicionalmente, dicha fiesta es un día importante para Corella. Desde la madrugada asisten numerosas personas de Corella y localidades próximas a la iglesia para escuchar misa y hacer una visita a la Virgen.
Este año de nuevo, la situación fue diferente, especialmente marcada por la pandemia. Por ello, en primer lugar se controló el aforo del templo con un total de 60 personas, así como se instaló megafonía en la calle para poder escuchar las misas.
Por la mañana, las misas fueron muy concurridas respetando siempre el aforo.
No menos intensa fue la tarde, cuando a las 19 horas comenzaba la Virgen en un coche su visita por las diferentes calles, acompañada de música mariana así como de diversas oraciones. Terminaba la visita a las 20:10 horas, en la puerta de la Iglesia del Carmen, donde la Virgen regresó a su iglesia con un fuerte aplauso.
En dicha visita por las calles, cuatro fueron los momentos más intensos, primero la oración frente a la Residencia – Hogar San José y después en tres paradas del recorrido la Virgen recibió varias jotas alusivas a su día. Los vecinos de la Plaza Baja instalaron un altar con la Virgen del Carmen en la calle y cantaron dos bonitas jotas desde un balcón. Ya en la Calle del Carmen cantaron varias jotas la Rondalla Centinela y los Auroros de Corella.
Fue muy bonito el ver cómo los corellanos decoraron sus ventanas, fachadas y lanzaban pétalos al paso de la imagen de la Virgen.
Si la procesión de la Virgen del Carmen es una de las procesiones marianas más concurridas de Corella y más antigua, pues se lleva realizando desde la llegada de los Padres Carmelitas en 1595, la visita de la Virgen por las calles de Corella, al igual que el año pasado, fue un momento único en la historia de Corella, ya que sin compañía recorrió calles por las que nunca había pasado y fue recibida por los corellanos en sus hogares.
