En los últimos años, ha proliferado la presencia de solares abandonados en el Casco Antiguo de Tudela, debido a un proceso de derribo de edificios y que por diferentes motivos no han continuado con su consiguiente fase de edificación, dejando un paisaje urbano inconcluso.
La mayoría de los derribos de viviendas han sido con la intención de volver a construir, ya sea por un propietario particular o por una empresa constructora o inmobiliaria. Estos solares no se dejaron así para durar mucho tiempo, pero, dadas las condiciones económicas del momento actual, muchos de estos solares siguen sin edificar debido al “parón constructivo” y con visos de continuar así durante bastante tiempo.
El derribo de una vivienda en el Casco Antiguo supone “problemas para sus colindantes” puesto que las carga de pilares y forjados se han ido ajustando con el paso de los años. Esta situación nos lleva a que parte de las fuerzas que irregularmente apoyaban en ella, ahora tienen una descompensación que se traduce en un nuevo reajuste, produciéndose grietas o el desplome de algunas partes. Además de humedades y cambios ambientales, ya que muros y tabiques interiores se convierten ahora en exteriores, funcionando como muros de fachada sin el grosor adecuado.
La imagen que nuestro querido Casco Viejo transmite a los turistas que nos visitan es cuando menos “llamativa”, ofreciendo todo un “espectáculo arquitectónico y artístico” que degrada el entorno de nuestro patrimonio histórico, permitiendo a los turistas contemplar fondos de habitaciones de varios colores de las casas derribadas, solares llenos de basuras y escombros, andamios de madera en mal estado, harapos que un día fueron redes de seguridad, trozos de plásticos diseminados por la zona, vallados deficientes con hierros y alambres sobresalientes a la vía, con el consiguiente peligro para los viandantes.
