Tudela

Precaución en la recogida y consumo de setas y hongos

En caso de intoxicación, los afectados deben acudir inmediatamente al hospital para recibir tratamiento médico, y esta recomendación es extensible a los que tengan algún síntoma, si las setas se han consumido en grupo. Es conveniente que lleven consigo los restos de setas que se han consumido para identificar la especie y aplicar el tratamiento más eficaz al caso. Los síntomas varían según la especie causante: dolor abdominal, hipersudoración, vómitos, diarreas, vértigo, postración, delirios, periodos alternativos de agitación y calma, entre otros.

Los primeros síntomas pueden presentarse entre media hora y tres horas después de la ingestión, o más tarde. Las intoxicaciones más graves tienen un periodo de incubación más largo, por lo que la tardanza en la aparición de los síntomas es indicio de su peligrosidad. En particular, la intoxicación por “Amanita phalloides” se manifiesta después de ocho o diez horas, a veces más.

Los aficionados a la micología deben cerciorarse, pues, de que identifican sin ninguna duda las especies que recogen y consumen, y, una vez identificadas, deben tomar algunas medidas que favorecen un consumo sano de estos productos del campo. Hay que recoger setas en buen estado de conservación, ni rotas, ni parcialmente descompuestados, ni empapadas en agua, ni que se hayan helado por la noche. Además, las setas deben transportarse en recipientes rígidos y bien aireados, como cestos, para favorecer la regeneración del bosque con las esporas de las setas, nunca en bolsas de plástico, para evitar que se aplasten o fermenten. Naturalmente, deben consumirse con prontitud porque se alteran con rapidez, y deben conservarse en sitio fresco, preferentemente el cajón de las verduras del frigorífico. Es recomendable comerlas cocinadas y con moderación porque así se facilita su digestión, y, en algún caso porque algunas setas comestibles cuando están cocinadas, pueden ser mortales si se comen crudas. Por otro lado, la recogida de las setas debe respetar los equilibrios del bosque, sin remover el musgo o la hojarasca porque se impide que salgan más setas, y tampoco se han destruir las que no sean aprovechables o no se conocen, que no deben ser recogidas.