Buñuel

Milagro no se ve como ciudad

1163584587.jpg

El Ayuntamiento de Milagro tiene sobre la mesa un proyecto urbanístico, cuya dimensión se ha comparado estos días con iniciativas acometidas en la Ribera, como el parque Senda Viva, o por acometer, como la Ciudad Agroalimentaria de Tudela. La promotora es una empresa de Guipúzcoa y su propuesta ha abierto un gran debate en la población ribera, efrentando incluso a los dos grupos políticos municipales. Así, lo que para el equipo de gobierno con el alcalde, Esteban Garijo, (UPN) a la cabeza, supondría “la diversificación del tejido empresarial, con la entrada de nuevos e importantes proyectos como una planta de biomasa, una huerta solar o una yeguada; y un importante crecimiento poblacional y, en consecuencia, una gran demanda de nuevos servicios, hasta ahora inexistentes en la localidad, con la controvertida área lúdica y turística. Por contra, el grupo socialista, desde la oposición, no cree que el desarrollo de Milagro pase por proyectos de este tipo.

Perder la idiosincrasia

En resumidas cuentas, lo que se planea para Milagro es un macroproyecto urbanístico compuesto por dosmil y pico viviendas y dos áreas diferenciadas. Una, marcadamente residencial, en el entorno del río Aragón, descrita en el proyecto como una especie de “ciudad de vacaciones”, con 1.300 viviendas de unos 240.000 euros cada una, un gran lago central y zonas verdes y de esparcimiento deportivo. La otra zona se ubicaría a la altura de la finca el Montecillo.

Pese a que, según las previsiones, la materialización de la iniciativa no llegaría hasta 2012, en la localidad ribera la preocupación está patente y el pasado fin de semana hasta en los partidos de fútbol del Milagrés se hablaba de ello.

En el municipio, buena parte de la población se debate ahora entre el entusiasmo y la incredulidad ante una iniciativa que ha recibido denominaciones tales como “fantástica” o “demasiado ambiciosa”. Así, lo que para unos será un revulsivo turístico y motor de desarrollo, otros lo consideran una pérdida de la identidad e idiosincrasia milagresa. La vecina, Maite Luqui, se expresaba en estos términos del proyecto promovido por Antal: “todo lo que sea bueno para el pueblo está bien que se haga pero, qué quieres qué te diga, esto no lo tengo muy claro. Además, Milagro terminará por quedarse sin monte y son más necesarias otras cosas como la guardería. Que ya está en camino pero llevamos mucho retraso en este sentido”, dijo.

Su convecino Arsenio Lebrero quiso ir más allá. “El proyecto arroja todavía muchas luces y sombras, ya que sería bueno entre comillas. Más que un proyecto rentable, me da la impresión de que es una inversión de dinero de negro y, como hay cosas que no se explican claramente, el oscurantismo trae desconfianza. Por no hablar del impacto ecológico y de la pérdida de nuestra identidad como pueblo que traerá consigo. Desde luego, si dependiese de mí no se haría porque habría que analizar con más detalle el impacto ambiental y el choque que se produciría a falta de unos servicios que sería preciso desarrollar”, comentó Lebrero.

Otros milagreses que, por razones personales, eludieron revelar su identidad, criticaron así la iniciativa urbanística. “Milagro quizá está teniendo unas miras demasiado altas y si fracasa la industria van a tener que venir los de Tudela a ocupar tanta vivienda. Lo que debería hacer el Ayuntamiento es vigilar otras cosas, como los robos que se producen en los campos y que todos sabemos quienes son y nadie hace nada”, comentó un jubilado. Mientras hablaba, su compañero, que también prefiere no revelar su nombre ,asentía totalmente las palabras del primero. “En el pueblo no se sabe mucho, sólo se oye que se ha vendido el terreno y, respecto a ello, hay opiniones de todo tipo. Yo, personalmente, considero que no se puede vender el comunal por las buenas porque eso es de todos los milagreses y hay que consultar. ¿Y si yo quisiera hacerme un chalet en esa zona? Seguro que no podría. Pero si no se venden las casas que hay..., concluye el milagrés.

El único sector en el que se ve como buenos ojos la llegada del macroproyecto para el año 2012 es en la hostelería, si bien, tal y como indicaron desde un céntrico local “si el espacio dispone de sus propias infraestructuras, tampoco nos aportará mucho”.