El Departamento de Desarrollo Rural y Medio Ambiente ha recordado en una nota, que la captura de pájaros insectívoros está prohibida y que los guardas forestales prosiguen la campaña de prevención de esta práctica.
Estas aves son especie protegida y cumplen un importante papel en el equilibrio medioambiental y, singularmente, en el control de plagas en huertos y fincas de cultivo. En estas fechas otoñales, los pájaros insectívoros realizan la migración que les lleva desde el norte de Europa hasta la Península Ibérica y después a África.
La caza de estas aves está sancionada por el Código Penal. Una sentencia reciente condenó a un infractor a una multa de 3.600 euros y a dos años y medio de retirada de cualquier licencia de caza. A la multa genérica se suma otra específica por cada ejemplar que la autoridad encuentra el poder del infractor y que es de 18 euros por cada petirrojo, 42 por papamoscas (muscicapidae) y 300 euros por un torcecuellos (jynx).
La captura de estos pájaros se realiza mediante cepos -denominados en la Ribera "costillas" o "losillas"- de resorte de alambre en los que se usa como cebo hormigas aladas, que en Navarra son conocidas como anderetes o alaicas. La posesión de estos insectos se penaliza con multas superiores a los 150 euros.
