Tudela

"Me acordaré de los que ya no están"

Presume de ser el más veterano del Ayuntamiento. "No por los años que llevo, sino por las canas que asoman". Gregorio Francés (APC) será el encargado de lanzar el cohete anunciador en Cintruénigo. Conoció la noticia hace unos pocos días, de una forma muy especial. Se muestra agradecido por la "deferencia" de la alcaldesa, Raquel Garbayo, que se acercó personalmente a su casa para comunicarle la cesión del honor de anunciar las fiestas a la Agrupación Popular Cirbonera.



El testigo esta vez le ha tocado a Francés, ya que Javier Acarreta, cabeza visible del grupo, ya tuvo la ocasión de lanzar el cohete cuando el alcalde era el difunto Carlos Chivite (PSN). "Además, el anterior alcalde, Adolfo Navascués, había roto la tradición de ceder el chupinazo a los demás grupos municipales, por lo que estoy doblemente contento", afirma Francés.



Cirbonero de nacimiento y estirpe, Francés tiene cinco hijos que también han nacido en la villa. "Para alguien como yo, a mi edad, es una alegría inmensa poder lanzar el cohete de tu pueblo". Asegura que cuando llegue el momento, sobre todo se acordará de dos cosas. "Primero, de todos aquellos cirboneros que por motivos de trabajo o por estar lejos de casa no puedan presenciar un momento tan especial", relata. Y añade que también tendrá un hueco en su memoria "para los cirboneros que desgraciadamente ya no están entre nosotros". "Como decimos en este pueblo, ellos siguen bailando el Gigantón desde arriba", apuntilla el concejal de APC.



Sobre la frase que gritará desde el balcón consistorial, no existe duda alguna. "No es momento para discursos, sino para ir al grano. Eso lo tengo claro", dice. Para Francés, sería bonito que todo el mundo viviese las fiestas "a tope". "Sabemos que no son momentos fáciles para salir a la calle y cambiar de cara, porque la situación es la que es. Pero lo por lo menos vamos a intentar pasarlo bien", indica.



En su caso, la semana transcurrirá en tono relajado. "Ya no estoy para muchos abusos", bromea. Aunque hay cosas que uno no se puede perder. "Ver salir a la Virgen de la Paz por nuestras calles es un acto al que nunca fallo", cuenta Francés. Un veterano que se irá a dormir con los nervios de un niño la noche antes del gran día.