El término ‘nengo-dango’, que en japonés quiere decir ‘bolas de arcilla’, nació de la mano de uno de los mayores referentes en permacultura a nivel mundial, el nipón Masanobu Fukuoka, considerado el padre de la agricultura natural. Fukuoka observó la naturaleza y empezó a cubrir semillas con barro, para facilitar después que estás germinasen en mayor número a la espera de las lluvias. Con sus manuales, la Fundación Mascotas Verdes ha comenzado a enseñar a los más pequeños en estas técnicas, adaptándolas a la Ribera. Algunos alumnos del CP Santa Vicenta María de Cascante fueron protagonistas de este taller celebrado recientemente.
Se trata de la primera acción de la fundación en el centro cascantino desde que se le encargó el diseño en permacultura del huerto escuela a finales de 2016. Para Santi Cordón, de Mascotas Verdes, el reto de este tipo de acciones es que el huerto-escuela “enseñe y motive a alumnos, profesores y familiares en la educación holística del niño”. “La permacultura tiene en cuenta todos los aspectos que favorecen a la tierra y a las personas, es un enfoque holístico que contempla que todas sus acciones tengan como fin el cuidado de la tierra y de las personas”, afirma Cordón.
En el caso de los colegios es “una forma maravillosa de llegar al niño, pues es una herramienta potentísima que usan los profesores para ayudarse a educar en respeto, paciencia y solidaridad”. añade el cocinero tudelano.
Como señala el propio Cordón, “la experiencia de Cascante es una prueba piloto para que todos los colegios puedan tener un proyecto permacultura de huerto escuela”. “Desde la fundación animamos a cualquier persona interesada en un proyecto serio y permacutural de huerto escolar a que se ponga en contacto con nosotros”, añade.
