Corella

Lección de solidaridad de Alfaro a Méjico

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Tres jóvenes profesores del colegio alfareño del Amor Misericordioso han empleado sus vacaciones de verano en seguir enseñando. Y, precisamente, a quienes más lo precisan. Del 25 de junio al 25 de agosto, Juan Manuel Pérez-Ligero, Iñaki de Barrio y María Francisca Milagro han desarrollado una escuela de verano y un curso de reafirmación personal en uno de los barrios marginados de Tonalá, ciudad mejicana de 450.000 habitantes.

De todas las edades

Juan Manuel e Iñaki ya sabían lo que era participar en una misión. Paquita necesitaba conocer la experiencia. Y han vuelto plenamente satisfechos. “Recibes de ellos mucho más de lo que tú das”, sonríe Paquita. “Te devuelven un afecto y un cariño que aquí, como la presencia de Dios, estamos perdiendo”, describe Iñaki.

Ese cariño lo han percibido por gentes de todas las edades. Su primera labor fue el desarrollo de la escuela de verano, que comenzó con 40 niños de “la peor calle del peor barrio de toda Tonalá” y acabó con 120 chavales entre 3 y 13 años en su pequeña aula. Para alejarlos y mostrar otro camino lejos de droga y delincuencia, Juan Manuel les impartió un taller de matemáticas, Paquita de lengua e Iñaki de juegos para transmitir valores.

Esos mismos talleres, a petición de la parroquia, los aplicaron en una comunidad de cien familias que había sufrido problemas. El objetivo era volver a unirlos para que, juntos, puedan hacer fuerza para desarrollar la comunidad. Junto a los 70 pequeños también acudieron mayores a unos talleres y dinámicas con resolución de conflictos de cara a la unión y al perdón. Además de estas tareas, los tres alfareños comprobaron el proyecto al que se destinan los 18.000 euros recaudados por los tres colegios, parroquia y Cáritas en el Proyecto Cuaresma 2006: derruir un viejo local para construir uno nuevo para usos múltiples de la comunidad.