...Ya se han “escapau”; riau riau, versa la letrilla de una famosa canción festiva Navarra. Y así ocurre gracias a Dios, en contadas ocasiones, en las fiestas de los pueblos. Porque la verdad es, que las fiestas del pueblo sin vacas por la calle, no serían lo mismo. Es cierto que algunas localidades de nuestra ribera, atiborran el programa de fiestas con este evento; vacas para desayunar, antes de comer, durante la merienda e incluso ahora están de moda las vacas después de cenar.
Pero obviando esas excentricidades, la verdad es que las vacas por la calle son el único acto que yo conozco, que tanto si llueve, truena, o te asfixias de calor, siempre está lleno de gente. Personas que, por otro lado, generan ambiente y economía local, que es de lo que viven algunos.
Pero de los pueblos que visito a lo largo del periodo estival, hay uno donde no encuentro este suntuoso evento; me refiero a Tudela. Me imagino trotar una vaca roya astifina por la plaza de los Fueros, o una negro azabache de cornamenta bizca, siendo recortada por los lugareños en Herrerías. Un sinfín de posibilidades que ofrecería alternativas a un necesitado programa de fiestas.
Pero quizá es que lo de las vacas es “pa los pueblos” y a mí no me queda claro si Tudela es un gran pueblo o una pequeña ciudad. De todas formas las vacas no son intrínsecas a la tipología de la localidad, sino a su afición, y me da la sensación de que en Tudela habría bastante afición.
