Tudela

Las luces de la noche

1184260239.jpg

No existen fiestas patronales, bien sean de ciudades grandes, bien de pequeños pueblos, en las que no se lance, al menos, una colección de fuegos artificiales. Sin duda éste es uno de los actos fijos que se incluyen en todos los programas festivos aunque, eso sí, no siempre puede disfrutarse de ellos durante todos los días, como ocurre en Tudela desde hace varios años.

Nadie sabe qué tienen los fuegos de artificio que atraen tanto a jóvenes y niños, como a los más mayores, pero la cuestión es que a la hora señalada, las once y media de la noche en el caso de Tudela, miles de ojos se alzan al oscuro cielo de julio para contemplar un peculiar espectáculo en el que la luz, el color y también el estruendo provocado por las explosiones, iluminan cada rincón de la ciudad.

Un marco incomparable

En la capital ribera, además, el espectáculo es, si cabe, más atractivo si se contemplan los fuegos desde el puente del Ebro, un marco incomparable para disfrutar del único momento de las fiestas en el que la ciudad premanece casi muda, esperando a la próxima detonación. Y es que, captar la atención del público es lo más importante en este tipo de espectáculos, ya que, como reconoce Pablo García, representante de la empresa Fuegos Artificiales A. Caballer, “el público es soberano en este espectáculo porque ellos son los que deciden si les gusta o no lo que haces y, en definitiva, si volverás o no a participar en las fiestas”.



Las colecciones que vienen a Tudela no son tan espectaculares como las que pueden llevarse a otras ciudades como Pamplona o San Sebastián, ya que las empresas tienen que ajustarse al presupuesto que se les concede desde el Ayuntamiento, “unos 10.000 euros, aproximadamente”, según reconoce el hasta este año concejal de Festejos Ignacio Pérez Garde. Sin embargo, con este presupuesto, las empresas contratadas, tratan de traer a la capital ribera buenos espectáculos con los que la gente se quede satisfecha y, hasta el momento parece que lo han conseguido ya que, de nuevo, repetirán presencia en la capital ribera las dos empresas que han lanzado los fuegos en los últimos años, A. Caballer y la Zaragozana.

Las empresas pirotécnicas

Si bien es cierto que los fuegos artificiales de las fiestas de Tudela no destacan por ser los más espectaculares, también lo es que los tudelanos pueden disfrutar de ellos en un escenario incomparable, el puente del Ebro, “un paraje de los más bonitos que tenemos en nuestra empresa”, destaca Pablo García. Pero no sólo es importante el entorno desde el que se contemplan los fuegos, la situación del espectador respecto a los lanzamientos, es esencial para poder apreciar el espectáculo en toda su plenitud.



En este sentido, un buen consejo es colocarse siempre delante o detrás y nunca de perfil, ya que, de esta forma, se pierden matices de las composiciones, y tampoco es recomendable situarse a favor del viento.



En lo que respecta al gusto de los tudelanos por los fuegos artificiales, Pablo García, de A. Caballer, asegura desde su experiencia en este mundo que, “en las ciudades que no son muy grandes, y en las que las colecciones están más limitadas por el presupuesto, lo que más atrae a la gente son los espectáculos en los que hay mucha profusión, muchos arrebatos, es decir, que se queme gran cantidad en poco tiempo. Aunque también es cierto que la gente sabe apreciar, en muchos casos, la variedad de formas y colores y otros aspectos también significativos como la altura, los puntos de fuego simultáneos, el relleno que se haga o las fachadas”.



Por su parte, en relación a los materiales empleados para confeccionar los artefactos, las empresas pirotécnicas han ido evolucionando con el paso de los años y, en la actualidad, tanto las técnicas como los materiales han variado sustancialmente. Así, ahora se consiguen diferentes efectos y colores llegando a superar, incluso, las 35 tonalidades