Hace unos días cerraba sus puertas el convento de las Hermanas Clarisas, conocido popularmente en la localidad como el convento de “las monjas encerradas”. Esta congregación de vida contemplativa fundada por Santa Clara, ha permanecido en la localidad durante 76 años, ya que llegaban a Cintruénigo en el verano de 1939.
A lo largo de estos 76 años el convento ubicado en la calle Barón de la Torre ha formado parte de la vida cuotidiano del pueblo y de hecho la capilla estaba abierta al público para la misa diaria. En los años en los que el convento contaba con un buen número de religiosas, estas, además de la vida contemplativa, se mantenían a base de la elaboración de productos de repostería y de las donaciones de distintos alimentos que hacía la población. Sin embargo llegó un momento en que la comunidad fue perdiendo poco a poco religiosas por la edad, y actualmente sólo quedaban dos. La superiora Sor Mª Luz Pérez que vino a Cintruénigo hace 55 años procedente del convento de Soria, y sor Inés de la Cruz, religiosa de origen uruguayo, y que regresa a su país.
Por su parte la superiora con 76 años y con problemas de salud, se retira al convento de la localidad oscense de Monzón. Cabe señalar que durante unos años, lo que en su día fue un gallinero propiedad de la comunidad religiosa, fue alquilado ante la falta de espacio para impartir clases de EGB en unas condiciones un tanto precarias. Posteriormente sirvió también para ser utilizado, una vez arregladas estas dependencias por el Ayuntamiento, para aulas de niños de Educación Infantil.
