Tudela

La restauración de San Miguel busca no afectar a las cigüeñas

Al pasar por la plaza de España, los alfareños levantan irremediablemente la mirada hacia lo alto, en busca del arreglo del chapitel norte de la Colegiata de San Miguel.

Después de la reforma interior, que buscó atajar las humedades que atacan paredes y muros del emblemático templo alfareño, la segunda fase, que contempla la restauración de las cubiertas y la reconstrucción del chapitel consumido por el incendio provocado por un rayo en la noche del 20 de julio, será la más vistosa, a la luz de las miradas de todos los vecinos.

Tras la colocación de las casetas portátiles para el personal y las herramientas precisas, la empresa adjudicataria, los operarios de la empresa Geocisa han comenzado los trabajos.

Programa de trabajo

Esta misma empresa ya se encargó también de la fase anterior. Los primeros pasos han sido la revisión de las vigas principales del templo, que soportan los 3.000 metros cuadrados de superficie de tejado.

El programa de trabajo presentado por la empresa en esta segunda fase comprende realizar las obras por sectores sobre las cubiertas, con el objetivo de afectar con la menor incidencia a la gran población de cigüeñas, que convierte a la Colegiata de San Miguel en la mayor colonia de estas aves en núcleo urbano de Europa, siendo uno de los grandes atractivos turísticos de Alfaro. De este modo, para que las obras tengan la menor incidencia en las aves, a medida que avancen los trabajos por fases se irán retirando y reubicando los nidos que puedan entorpecer la labor de los operarios. De igual modo, el proyecto señala unos criterios de actuación que comprenden también la eliminación de los nidos más peligrosos.