Tudela

La Navidad y su celebración

1291884636.jpg

Cena y celebración después de suprimido el ayuno

La celebración de la Navidad es costumbre que se fue extendiendo por occidente a partir de que Dionisio el Exiguo fijase en el siglo VI las fechas del nacimiento de Jesús, aunque después se haya demostrado que fueron erróneas. Las primeras referencias que hallo de su celebración en Navarra aparecen a finales del siglo XIV, aunque no se refieren a festividad popular, sino relacionada con los monarcas, incluso tenemos noticias como que Carlos III en ese día tenía costumbre de dar «estrenas» o aguinaldos.



La comida con motivo de la Navidad ha sido y continúa siendo importante. Sabemos que en estos días se han celebrado siempre las más notables comidas del año, incluidas las clases populares, que por no poder permitirse dispendios especiales en comidas o cenas, solamente los hacían en fechas muy determinadas, una de ellas con ocasión de la Navidad.



Por tratarse de la víspera de la fecha del nacimiento de Jesús, la Iglesia tenía establecido el día 24 en toda la cristiandad la llamada Vigilia de Navidad, con ayuno y abstinencia de carne, una vigilia que fue respetada en el mundo cristiano, hasta el punto que todavía existen

en la actualidad países como Checoslovaquia, Polonia o Méjico que por tradición no comen carne este día. Es por esto que en Tudela no hallo en tiempos pasados referencia a cenas extraordinarias el día de Nochebuena como se han hecho a partir de que fuese suprimida esta vigilia en el siglo XX. Lo único que ha quedado reflejado en los periódicos en el siglo XIX y comienzos del siglo XX es la celebración de la llamada Misa del Gallo, que aparece aquí en Tudela también citada como Misa de Pastores, ya que en ella se hacía una representación de los pastores que iban al pesebre, en la cual por cierto no se podía comulgar si no era con autorización del Papa.



En aquellos años y hasta bien entrado el siglo XX en los periódicos, el tema gastronómico el día 24 pasaba desapercibido, aunque sabemos que se hacían fiestas en las que se tocaban

panderetas y zambombas. Las comidas importantes se celebraban el día 25, costumbre que perdura todavía en Cataluña, e incluso el día 26, segundo día de Pascua. El 27 y el 28 todavía se celebraban solemnes cultos.



En Tudela el día 24 se cenaba en tiempos pasados sopas, guisos y pescados que se pescaban en el río Ebro, así como en algunas balsas cercanas. A partir de la instalación del ferrocarril comenzaron a llegar con más facilidad pescados frescos de mar. Como postres, se consumían frutas cocidas desecadas en casa: pasas, orejones de melocotón, ciruelas, frutos secos y también dulces, algunos semi-líquidos con leche y otros con miel y almendras que podríamos compararlo con el turrón que se consume en abundancia desde el siglo XIX.



Fue en 1917 cuando el Papa Benedicto XV estableció que el ayuno y abstinencia de la Vigilia de Navidad se trasladase al Sábado de Témporas anterior, y así vemos como a partir de 1918 se comenzó a celebrar la Nochebuena tal y como la conocemos.

Hablando de la cena de Nochebuena, una vez suprimidos primero el ayuno y después la abstinencia, ya dentro del siglo XX, en Tudela era muy típico en las décadas de años 1940, 1950 y 1960 el cenar para la Nochebuena ensalada de cardo, verdura que se coge en esta época y que después de aporcado –cubierto con tierra, para que se ponga más tierno y blanco– resulta suave y muy sabroso, y después carne de cordero asado en horno de leña, bien con patatas o sopas de pan. Dependiendo ya de los posibles económicos, se tomaba un primer plato de sopa de ajo o de almendras; y después besugo asado, pez abundante en estas fechas, y por lo tanto no caro, o bacalao bien con caracoles o con pimientos secos.



Si a estos mismos años nos referimos, las clases medias o más acomodadas, tomaban carne, bien capón, pavo o el cordero asado. Invariablemente la terminación y postres tanto para unos como otros eran con turrones, que en aquellos años los más usuales eran el blando de Jijona y el duro de Alicante, más los mazapanes, guirlaches, tortas de nieve, piñones y peladillas. En esta cena se sacaban botellas de sidra, (muy típica era en España la sidra champán el Gaitero) y como copas de licor: coñac y anís, las dos bebidas más comunes en la época.



Actualmente las comidas no dependen como antaño de los productos autóctonos, sino más de la economía de cada familia y de los gustos y costumbres familiares, las cenas de Nochebuena se han sofisticado mucho y se hacen con productos de los considerados de lujo, con entrantes bien de jamón o embutidos de calidad, foies, patés o caviar, sin que falten los mariscos, que por la gran demanda se elevan mucho de precio esos días, principalmente las angulas que para muchos se han convertido en los verdaderos protagonistas de la cena. Para los segundos platos, el pescado ha vuelto a adquirir el protagonismo de los menús navideños que había perdido por los años 1960 ó 1970 y si antes se consumía el bacalao desalado y posteriormente el besugo, hoy han incorporado otros pescados. Al menú se ha incorporado un tercer plato, en este caso de carne, en el que sigue siendo el protagonista el cordero o cabrito asado. Posteriormente y para terminar, postres dulces y turrones.



Tradicionalmente esta noche es la más alegre del año. Hasta hace unos años, después de cantar villancicos y de haber cenado copiosamente, con el estómago lleno, se acudía a la Misa del Gallo, y se comulgaba. Después de la misa los más mayores y los niños iban a la casa donde normalmente continuaba la juerga y los jóvenes como en aquellos años en que no abrían bares y bailes, formaban grandes cuadrillas, que con guitarras iban a rondar por las calles, parando en las casas donde sabían, o bien que había mozas solteras, o podían sacar aguinaldo, que a esas horas eran siempre botellas de licor.



Hoy los tiempos han cambiado, las Navidades se viven de manera no solamente menos religiosa, sino incluso menos familiar. Hasta los años 1960 la Navidad, pero sobre todo la Nochebuena, era una fiesta familiar muy esperada por mayores y niños, una noche de alegría en el que se reunían las familias. Era normal el adornar la habitación donde se cenaba con tiras de papeles recortados y cuerdas de lado a lado de las paredes, había alegría y se cantaban villancicos.



De la Navidad lo único que mantiene es esa reunión familiar para la cena, todo el resto de cosas se han ido transformando y no hablo solamente del tema religioso que también, sino que hoy las familias después de cenar se separan, los mayores se quedan en casa, mientras los jóvenes salen, ya que tanto bares como bailes están abiertos, cosa que hace años no ocurría. La sociedad era más pobre pero quizás por esto se esperaba esos días y esas fiestas con más ganas.