Alfaro

La comunidad gitana demanda oportunidades

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Noelia Tabuenca, Mª Azucena Jiménez, Coral Hernández, Sara Hernández, Ana Hernández y María Jiménez son, como a ellas mismas les gusta denominarse, “matriarcas” y “transmisoras de cultura” dentro de la comunidad gitana asentada en Tudela, de la cual forman parte alrededor de 150 familias. Como la mayoría, están hartas de la imagen social negativa con la que aún se asocia a su etnia, relacionada directamente con la delincuencia, la promiscuidad e incluso, a veces, con un conservadurismo extremo. Y es que, dice Ana Hernández, “es hora ya de acabar con los prejuicios y con los estereotipos porque los gitanos nos estamos esforzando para mejorar e integrarnos plenamente, pero necesitamos que se nos brinden oportunidades.” Y al hablar de oportunidades, se refiere a un trabajo normal, como el de cualquiera, retribuído con un sueldo digno. Eso les facilitaría las cosas, piensan. Al igual que lo haría una educación más flexible, que les permita habituarse definitivamente a las aulas.

Discriminación en Tudela

Y es que, según comentan las matriarcas, “los gitanos siempre han vivido de forma itinerante. Y al asentarse en la sociedad, han necesitado años para adaptarse y llegar a valorar realmente la importancia de la educación”. Como muestra de este cambio de mentalidad, MªAzucena Jiménez comenta su reciente experiencia en el Cibercentro municipal de la capital ribera, donde se ha “enganchado a la informática”. En la misma línea, Ana Hernández comenta que “si bien en la Ribera la cifra de gitanos universitarios es todavía inexistente, el otras zonas de España empieza a ser aceptable”. Algo que esperan beneficiará a sus generaciones futuras. De cualquier forma, consideran que “en las escuelas debería enseñarse también un poquito de la historia de los gitanos, al igual que ahora se promocionan otras culturas”.

Por otro lado, en lo referente a la política, el próximo mes de mayo, los gitanos de Tudela acudirán a votar “los primeros”. No precisamente porque esperen mucho de los políticos. Más bien, lo contrario. “En los últimos años la política es de reducir, sobre todo en cuestión de ayudas que se da a las minorías”, dice Ana. Además, continúa Coral hernández, “las cosas buenas sólo pasan en Pamplona, en Tudela y la Ribera, nada”. Al hacer ésta afirmación se refieren al programa “Acceder”, que se lleva a cabo en Pamplona y su Comarca desde el año 2001y que gestiona la Fundación Secretariado Gitano en colaboración con el Departamento de Trabajo del Gobierno de Navarra. Pretende favorecer el acceso de las personas gitanas a un empleo de calidad. Justo lo que ellos, en Tudela, también necesitan, según denuncian.

“Los gitanos no sólo servimos para cantar y bailar”, concluye María Jiménez, quien continúa: “y al final, todos van a lo suyo y las políticas se quedan en los Parlamentos”.