Tudela

La afición a la micología

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Todo aficionado a la naturaleza sabe que la población esta volviendo al campo como lugar recreativo. La aglomeración de las grandes poblaciones, o el frenético ritmo de vida a que el ciudadano actual se ve sometido, hace que una parte del tiempo libre en el fin de semana, se destine a actividades de relajación o ejercicio fisico. Sin duda un paseo por el campo nos ofrece estas dos posibilidades.

En estos agradables paseos, ya se trate de grupos de amigos, familiares o individuos solitarios, es donde se suele tomar un primer contacto con la micología. Los motivos gastronómicos son, en la gran mayoría de las ocasiones, los que despiertan en las personas el interés por las setas. Pero es la conjunción de tres factores los que hacen que los hongos resulten tan atractivos: Sus propiedades culinarias, su posible toxicidad y la gran dificultad que entraña saber reconocer y distinguir las especies comestibles de las tóxicas.

Ver a gentes solitarias, bastón y cesta en mano, acabará tarde o temprano por invitar al neófito a interesarse por las hongos que vé en sus paseos por montes y prados. Así, un día recogerá algunos ejemplares y preguntará a algún conocido si son setas comestibles. Poco a poco irá conociendo no una, sino varias especies, interesándose únicamente por las comestibles y sus dobles tóxicas. Es aquí donde se da un cambio importante, en algunas personas. Los espiritus más curiosos, no se contentarán sólamente con conocer las mejores especies desde el punto de vista gastronómico. Pronto se verán invadidos por el afán de conocimiento.

Los fogones quedarán a un lado y guía en mano, intentarán comprender verdaderamente el vasto mundo de los hongos. Aquí es donde el setero, pasa a convertirse en micólogo.

Las guías de divulgación pronto quedarán cortas a sus ojos y comenzará a interesarse por otro tipo de obras, más complejas estas y en otros idiomas la mayoría de las ocasiones, para continuar con sus observaciones. La complejidad del reino fungi le llevará al estudio científico.

La imposibilidad de distinguir especies a simple vista le hará interesarse por las observaciones microscópicas o por la química de las setas. La fugacidad de algunas de ellas le obligará a cultivarlas en su propia casa para poder comprender su desarrollo. Le llevará también a conocer el mundo de la fotografia, necesaria para tener referencia visual de las especies que va descubriendo.

Necesitará tener nociones de botánica, debido a la estrecha relación vital existente entre algunos hongos y ciertos vegetales. Y así, sin darse cuenta, se verá así mismo disfutando con esa especie rara que hace muchos años que no volvía a ver, más aún de aquella variedad rarísima, que muy poca gente ha visto y de la que sólo tiene referencia por alguna mención en sus lecturas nocturnas. Habrá desarrollado en pocos años una bonita aficción que le acompañará durante toda su vida y que, indudablemente, le dará unos amigos con los que compartirla. Llenará con ella sus horas de ocio y lo más importante, habrá aprendido a observar y comprender un poco más el mundo que tiene ante sus ojos.