Gurelur ha puesto de nuevo en marcha el Proyecto Aguilucho encaminado a la protección de las polladas de los aguiluchos que nidifican en los campos de cultivo. Este proyecto conservacionista es el de mayor antigüedad de Navarra, con 26 años de vida, y el que está más arraigado en la sociedad navarra. Para su desarrollo se cuenta con la imprescindible colaboración de los agricultores navarros.
Los aguiluchos cenizo, pálido y lagunero, éste en menor medida, ubican la mayoría de sus nidos directamente sobre el suelo de los cultivos. El motivo por el que utilizan estos hábitats es porque en ellos encuentran protección para sus nidos, pasando así desapercibidos para los predadores y, además, porque en ellos encuentran la mayor parte de las presas que componen su dieta y con las que alimentan a sus polladas.
Los nidos de estas rapaces resultan destrozados por la cuchillas de las cosechadoras, ya que coincide la presencia de los pollos en los nidos con la época de la siega -junio y julio-. Mucho antes del inicio del Proyecto, algunos agricultores cuando se encontraban un nido durante la cosecha, apartaban los pollos y seguían cosechando en la creencia de que sobrevivirían con el cuidado de sus padres. Esta acción, que demuestra la sensibilidad de algunos agricultores con el medio en que viven, sirve de muy poco, ya que los pollos privados de la protección del cereal son presa fácil para los predadores.
Para evitar estas mortandades se puso en marcha el Proyecto en el año 1989, cumpliendo esta temporada 26 años. Los trabajos se desarrollan durante los meses de abril a agosto. Al igual que en años anteriores, el objetivo principal es concienciar al agricultor para que, caso de tener conocimiento de la existencia de un nido en sus campos, deje sin cosechar una parcela alrededor del mismo, para garantizar el normal desarrollo de la puesta. Esto se consigue mediante la colocación por parte de Gurelur de un pastor eléctrico o de otras medidas según la problemática del nido a proteger. La producción de las parcelas respetadas son abonadas a los agricultores por Gurelur.
El proyecto ha salvado de morir, hasta la fecha, a más de 1.300 pollos de aguilucho. Sin el trabajo desarrollado dentro del Proyecto, el aguilucho cenizo podía haber desaparecido de nuestros campos y el aguilucho pálido podría estar en peligro de extinción. Sin estos trabajos de protección morirían cerca del 90% de los pollos de aguilucho de los nidos existentes en los cultivos.
El apoyo que viene solicitando Gurelur para poder llevar a cabo el Proyecto tiene una respuesta muy positiva por parte de los agricultores navarros, que han adoptado el proyecto y sus objetivos como propios.
