Fitero

El mestizaje llega hasta el altar

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Un 9% de la población de España es extranjera. Y de ese porcentaje, el 50% son menores de 30 años, una edad idónea para el matrimonio. A partir de estos datos, un nuevo fenómeno marca la pauta de la nupcialidad, el mestizaje. Si bien en los últimos años, la tasa de matrimonios ha disminuido en el conjunto de la Unión Europea, los matrimonios interculturales parecen ser el futuro.

En la actualidad, los matrimonios mixtos ya suponen el 10,5% del total de los que se celebran en España y si a ellos les sumamos los contraídos por parejas inmigrantes, el porcentaje asciende al 14,1. En 2005 se registraron 209.125 matrimonios (7.024 menos que en 2004), de los que 29.783 fueron entre un cónyuge español y otro extranjero (22.294). Más concretamente, un 45,8% de estas bodas fue entre españoles y extranjeras, un 29% entre españolas y extranjeros y el resto entre extranjeros. En el año 2002, la cifra había sido del 8,5%, según el Instituto Nacional de Estadística.

Un caso real

Por diversas causas, como la endogamia o el tiempo que lleven aquí los dferentes colectivos de inmigrantes, el reparto es, no obstante, bastante desigual. Así, Baleares, Canarias, Madrid, Cataluña, La Rioja, Ceuta y Melilla encabezaron en 2005 la lista de Comunidades con matrimonios mixtos (1 de cada 5). Y, en este sentido, si bien los chinos y los filipinos prefieren más casarse entre ellos, los latinoamericanos son más dados a mezclarse. Especialmente colombianos, brasileños y venezolanos. Los ecuatorianos y bolivianos lo son menos, hoy por hoy, ya que su llegada masiva a España es todavía reciente. De seguir así, los expertos calculan que, a medio plazo, el 30% de las bodas con algún cónyuge extranjero que ya se da en Baleares o Canarias será la tónica general. De ahí que la variedad de las celebraciones nupciales es ya casi ilimitada, poniéndose de manifiesto también otro tipo de fenómenos sociales como el éxodo latino de la Iglesia Católica hacia otras denominaciones, fundamentalmente la Iglesia Evangélica Bautista. En Tudela ya existe esta comunidad pequeña que, ubicada en la calle Medianilla, depende de la Iglesia Madre de Zaragoza y en la que se han casado 2 ó 3 matrimonios en su corta historia. Reconocidos por la Federación de entidades religiosas evangélicas de España, según el pastor de la misma, Manuel Zamora, estas celebraciones deben reunir como condición indispensable que ambos cónyuges sean perscreyentes comprometidos, no admitiéndose las bodas mixtas, en lo que a fe se refiere.

José Elías Perdomo tiene 21 años. Ella, Beatriz Machado, cuatro más. Colombiano él, uruguayo ella. Constituyen una pareja de extranjeros casados en Tudela, más concretamente, en la Iglesia Evangélica de la calle MediaVilla. Su caso es tan sólo uno de tantos.

Para el propio José Elías Perdomo, su boda vino marcada por ciertas circunstancias personales que hicieron decantarse a la pareja por una celebración de lo más sencilla en la mencionada Comunidad Evangélica, a la que siguió un banquete, a base de pinchos autóctonos, en la propia casa del novio, y salsa y salsa. Con regalos y unos 60 invitados, pero sin luna de miel ni restaurante. Unos 500 euros de presupuesto para un día muy especial que para ellos lo fue todavía más. Y es que, según insiste Perdomo, “nuestro caso fue así porque así lo decidimos pero hay parejas que se casan del mismo modo que los de aquí, en restaurantes normales”. El poder adquisitivo es un aspecto determinante.